Túnez, 7 jun (EFE).- La UGTT, el mayor sindicato de Túnez, alertó hoy de la subida del precio de los productos de primera necesidad, que calificó de "estupidez política", y acusó al Gobierno, que negocia un nuevo crédito con el Fondo Monetario Internacional (FMI), de llevar a cabo un programa "ambiguo e inaplicable".
"Rechazamos la política liberal y las decisiones impopulares y antisociales seguidas por el gobierno y su sumisión a los dictados del FMI en ausencia total de un programa para salvar el país", declaró su secretario general, Noureddine Taboubi, durante la reunión de la oficina ejecutiva para abordar la crisis política y económica que arrastra el país.
Taboubi acusó al ministro de Economía, Ali Kooli, responsable de la delegación tunecina que se trasladó a Washington a principios de mayo para arrancar las negociaciones, de "haber llegado para servir a los intereses de una categoría determinada de empresarios que va a arruinar al Estado".
Unas negociaciones, señaló el sindicalista, que son una "gran mentira" y advirtió de que la institución financiera no cerrará un acuerdo si el Ejecutivo no obtiene el apoyo de los diferentes actores sociales, incluidos la patronal y los sindicatos.
El primer ministro, Hichem Mechichi, defendió el pasado viernes que esta subida estaba programada desde 2018 "pero que no fue aplicada por motivos electorales", y señaló que su responsabilidad es tomar estas medidas "aunque no sean populares". Asimismo instó a todos los partidos a asumir sus obligaciones porque "si el sistema se derrumba, no se enderezará jamás".
"No habrá supresión de las subvenciones de los productos de base como el pan ni la congelación de la masa salarial sino una mejor identificación de aquellas personas que merecen ser ayudadas. En todos los países las ayudas sociales van a las personas necesitadas. Yo no necesito que el Estado subvencione mi pan", afirmó Mechichi en una entrevista concedida al diario francés "Le Figaro".
Por su parte, el partido islamista Ennahda, principal fuerza parlamentaria y su socio en la Asamblea, criticó no haber sido consultado y reclamó la necesidad de un debate previo antes de tomar este tipo de medidas.
El pasado 1 de junio el Ejecutivo anunció un aumento del 22 % del precio del kilo de azúcar- subvencionado por el Estado- y que representa un encarecimiento de 250 céntimos (equivalente a 7 céntimos de euro) en un país en el que el sueldo medio se sitúa en 300 euros mensuales. Esto fue interpretado como una medida de austeridad exigida por el FMI y que afectará a otros productos como el transporte y la gasolina.
Con su sistema al borde de la quiebra, cuya deuda pública alcanza el vertiginoso récord de 30.000 millones de euros, Túnez negocia un nuevo préstamo- el cuarto durante la última década- por un valor de 3.300 millones de euros, antes de dar el salto al mercado internacional para tratar de movilizar otros 3.200 millones.