Alejandro R. Otero
Nueva Delhi, 17 oct (.).- La economía india pierde fuelle y lo hace debido a la caída de su demanda interna, una circunstancia que ha frenado el crecimiento de su PIB hasta el entorno del 5 %, una cifra impensable para economías como la EEUU y Europa, pero que hace plantearse a muchos expertos la necesidad de abordar reformas estructurales.
El Gobierno de Narendra Modi, que en su primer mandado (2014-2019) vivió un crecimiento medio de la economía india del entorno del 7 %, ha anunciado ya un goteo de medidas para revertir la situación y lograr el objetivo de su segundo mandato, que no es otro que duplicar el PIB del país hasta los 4,5 billones de euros.
El producto interno bruto (PIB) marcó entre abril y junio de este año su peor resultado en seis años, al aumentar un 5 %, ocho décimas menos que en el trimestre precedente, al tiempo que tanto el Banco Central de India como el Banco Mundial rebajaban sus previsiones.
La desaceleración económica, según el Banco Central, obedece al desplome de la demanda interna y, especialmente, al consumo privado, que cayó "más de cuatro puntos porcentuales" entre abril y junio.
Ante ese panorama, la ministra de Finanzas, Nirmala Sitharaman, lanzó en las últimas semanas varias medidas económicas con objeto de reactivar la economía y animar la demanda interna, entre ellas una rebaja impositiva para la industria, inyecciones de liquidez al sistema bancario e inversiones en infraestructuras.
Sitharaman anunció que en los próximos 5 años el Estado invertirá 100 billones de rupias (unos 1,27 billones de euros) en infraestructuras de transporte para "aumentar la competitividad", así como una rebaja impositiva desde el 30 % al 22 % para las empresas.
Para mejorar la demanda interna, la ministra anunció una inyección de liquidez en el sistema financiero público de 700.000 millones de rupias (unos 8.957 millones de euros), al tiempo que el Banco Central continúa con sus continuas rebajas de los tipos de interés -cinco en lo que va de año-, hasta el 5,15 % actual.
Según las estimaciones del Ejecutivo, con esa medida el Estado recaudará 1,45 billones de rupias menos este año (18.554 millones de euros), lo que para el economista y profesor de la Universidad de Delhi Shreekant Gupta propiciará un "posible" recorte en las prestaciones sociales o el "déficit fiscal aumentará".
Además de esas medidas, el Gobierno también aprobó la fusión de entidades bancarias públicas, así como una serie de privatizaciones que espera que dejen en las arcas del Estado en torno a 1 billón de rupias (unos 12.800 millones de euros).
También aprobó subvenciones para la compra de vehículos, un sector cuyas ventas acumulan caídas desde hace casi un año y que es responsable de "casi un 7,5 % del PIB" indio.
Para Gupta, el grueso de estas medidas son, a su juicio, una "tirita" y muestran la "desesperación" de un Gobierno que "ha manejado mal la economía".
Gupta dijo a Efe que el país requiere de "reformas económicas estructurales" que pasan por una flexibilización del mercado laboral que haga más fácil reducir plantillas, disminuir la burocracia y mejorar las infraestructuras.
Por su parte, el economista y exmiembro del Ministerio de Finanzas Devinder S. Malik cree que las medidas de liquidez permitirán a los bancos dar créditos a un mayor número de personas y beneficiarán especialmente al sector de las micro, pequeñas y medianas empresas (mipyme), "el mayor imperio de la India".
Con esa mayor disponibilidad de dinero, el sector mipyme "conducirá a una mayor generación de empleo y un mayor crecimiento económico a largo plazo".
Malik apostó también por una rebaja impositiva más general, ya que "si los impuestos son altos, la gente tratará de evadirlos, pero si ofreces unos tipos razonables, la gente estará dispuesta a pagar".