Stellantis, la empresa matriz de Chrysler, ha refutado públicamente las acusaciones de que no ha cumplido sus obligaciones contractuales con el sindicato United Auto Workers (UAW). Esta disputa surge en un momento en que las secciones locales del UAW se preparan para posibles huelgas, una situación que evoca el paro nacional ocurrido hace un año.
El presidente del UAW, Shawn Fain, manifestó su preocupación la semana pasada sobre el cumplimiento del contrato por parte de Stellantis, haciendo hincapié en los compromisos de la empresa relacionados con el desarrollo de productos e inversiones. Estos compromisos formaron parte de las negociaciones contractuales llevadas a cabo en otoño de 2023.
El sindicato ha señalado problemas específicos, entre ellos retrasos en una inversión significativa para una nueva planta de baterías y una instalación en Belvidere, Illinois. Además, existe inquietud entre los miembros del sindicato ante la posibilidad de que Stellantis traslade la producción del SUV Dodge Durango fuera de Estados Unidos.
Carlos Zarlenga, Director de Operaciones de Stellantis en Norteamérica, afirmó: "Queremos dejar claro que Stellantis ha cumplido y seguirá cumpliendo el acuerdo alcanzado por las partes en 2023". Esta declaración se produce en un contexto donde las operaciones norteamericanas de la empresa enfrentan desafíos y críticas tanto de consumidores como de trabajadores. Las críticas se deben, en parte, a la percepción de que Stellantis no ha estimulado adecuadamente la demanda de sus productos.
El UAW se está preparando para tomar medidas tras estas alegaciones, aunque Stellantis sostiene que no ha incumplido ningún acuerdo. La situación sigue tensa mientras ambas partes presentan visiones contradictorias sobre el compromiso de la empresa con su fuerza laboral y las promesas de inversión.
Reuters contribuyó a este artículo.
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