Investing.com - Cada año, cuando se acerca mayo, una vieja máxima de Wall Street resurge entre analistas e inversores: "Sell in May and go away". Este adagio sugiere que los rendimientos bursátiles tienden a ser más débiles entre mayo y octubre, y que sería mejor para los inversores vender sus posiciones en primavera y regresar en otoño. Sin embargo, como toda regla de mercado, su aplicabilidad depende del contexto económico y financiero actual. ¿Tiene sentido aplicar esta estrategia en 2025?
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¿Qué opina de esta pregunta la Inteligencia Artificial? Esto es lo que nos ha contado:
El "Sell in May and go away" se basa en patrones históricos de mercado, especialmente en Estados Unidos y Europa, donde los retornos han tendido a ser más sólidos en los meses de noviembre a abril. Algunos estudios muestran que, a largo plazo, evitar la exposición al mercado durante los meses de verano podría mejorar ligeramente los retornos ajustados por riesgo. Sin embargo, la diferencia no es abrumadora, y en muchos casos, no justifica los costos de transacción, los impuestos o el riesgo de perderse fuertes repuntes.
¿Qué dice la situación actual del mercado en 2025?
Este año, el entorno financiero es especialmente particular. A continuación, repasamos los factores clave:
1. Política monetaria
Tras varios años de endurecimiento monetario para controlar la inflación post-pandemia, los bancos centrales han comenzado a flexibilizar sus políticas. La Reserva Federal de EE. UU. y el Banco Central Europeo han realizado ya un par de recortes de tasas en 2025, buscando reactivar el crecimiento económico, que muestra signos de desaceleración moderada pero no de recesión. Esto generalmente favorece a los activos de riesgo como las acciones, al menos en el corto plazo.
2. Comportamiento reciente de los mercados
En los primeros cuatro meses del año, los principales índices bursátiles han mostrado una tendencia positiva, aunque con mayor volatilidad. El S&P 500 y el Nasdaq, por ejemplo, han subido entre un 8 % y un 10 %, impulsados por buenos resultados corporativos y la expectativa de menores tipos de interés. Sin embargo, se observa una creciente dispersión: mientras sectores como tecnología siguen liderando, otros, como el industrial y el financiero, muestran signos de fatiga.
3. Factores geopolíticos
La incertidumbre geopolítica sigue siendo elevada. Las tensiones comerciales entre EE. UU. y China han resurgido, y en Europa hay inquietud por las elecciones parlamentarias que se celebrarán en junio. Además, los conflictos en Oriente Medio continúan generando episodios de volatilidad en los precios del petróleo, afectando las expectativas de inflación.
4. Valoraciones
Las valoraciones de mercado, medidas por métricas como el ratio precio-beneficio (P/E), se sitúan en niveles relativamente altos, especialmente en el sector tecnológico. Esto deja a los mercados vulnerables ante cualquier sorpresa negativa en los datos macroeconómicos o en los beneficios empresariales.
Entonces, ¿vender en mayo?
Dado este contexto, la respuesta no es sencilla. Aplicar "sell in May" de forma mecánica podría ser un error este año. Si bien existen riesgos evidentes que podrían presionar a los mercados durante el verano —particularmente la volatilidad política y geopolítica—, la política monetaria acomodaticia y la resiliencia económica en EE. UU. podrían sostener las cotizaciones.
Además, los datos históricos muestran que en años de recortes de tasas, como el actual, el mercado tiende a comportarse mejor de lo habitual, incluso en los meses de verano.
Una estrategia más matizada sería rotar la cartera en lugar de vender agresivamente. Es decir:
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Reducir exposición a sectores más caros o cíclicos vulnerables a una desaceleración económica.
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Incrementar posiciones en sectores defensivos, como salud, consumo básico o utilities.
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Mantener liquidez para aprovechar oportunidades si los mercados sufren correcciones temporales.
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Diversificar internacionalmente, especialmente hacia regiones menos correlacionadas con los riesgos políticos de EE. UU. o Europa.
Conclusión
Aunque la tentación de "vender en mayo" sigue viva, el contexto de 2025 no justifica una huida generalizada del mercado. Los inversores deberían mantenerse invertidos pero selectivos, gestionando cuidadosamente el riesgo en un entorno que combina valoraciones exigentes, relajación monetaria y alta incertidumbre geopolítica.
En vez de seguir a ciegas un adagio antiguo, este año parece más sabio ajustar la estrategia de inversión a un enfoque flexible, disciplinado y atento a las oportunidades que la volatilidad pueda ofrecer.
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