Volkswagen (ETR:VOWG_p) está lidiando con una serie de desafíos en sus fábricas alemanas, incluyendo altos costos y subutilización, en medio de un problema más amplio de baja utilización de la capacidad fabril entre los fabricantes de automóviles europeos.
El fabricante alemán, el segundo más grande del mundo, está bajo escrutinio por sus complejas estructuras de gobierno, estrategias de inversión en vehículos eléctricos y decisiones de gestión. Estos problemas se han visto agravados por la disminución de los ingresos provenientes de mercados clave como China y el impacto del entorno burocrático alemán.
La industria automotriz en Europa está experimentando un cambio significativo, con la utilización de la capacidad de las fábricas para vehículos ligeros cayendo del 70% en 2019 al 60% en 2023. Curiosamente, la tasa de utilización promedio en países de bajo costo solo disminuyó ligeramente al 79% desde el 83%, mientras que los países de alto costo vieron una caída al 54% desde el 65%. Volkswagen, junto con Renault y Stellantis, se encuentran entre aquellos con tasas de utilización de capacidad promedio más bajas en Europa.
El director financiero de Volkswagen, Arno Antlitz, ha señalado las dificultades de producir vehículos eléctricos (VE) de alto costo en las costosas plantas alemanas de la compañía, especialmente cuando estos VE no están cumpliendo con las expectativas de ventas. La tensión financiera es evidente, con las ventas de VE alemanes desplomándose un 69% y las ventas generales de automóviles europeos disminuyendo un 18% en agosto, alcanzando un mínimo de tres años.
La planta de Osnabrueck, una de las instalaciones más subutilizadas de Volkswagen, está operando a apenas el 30% de su capacidad. Con los modelos actuales programados para finalizar la producción en 2026 y sin planes claros para el futuro, los representantes sindicales están presionando por el desarrollo de modelos más asequibles para mantener la demanda y los empleos.
Volkswagen está explorando medidas de reducción de costos más allá de la iniciativa de 10.000 millones de euros lanzada en diciembre pasado, y las negociaciones con los sindicatos están programadas para comenzar hoy. La posibilidad de cierres de plantas en Alemania se cierne, aunque los representantes laborales tienen una influencia significativa en el consejo de supervisión de la compañía, lo que complica cualquier decisión de cerrar instalaciones.
Otros fabricantes de automóviles europeos también se están adaptando al desafiante panorama. Renault ha iniciado recortes de empleos como parte de una estrategia de ahorro de costos, mientras que Stellantis planea reducir significativamente su plantilla en Europa para finales de 2024. Ford está reestructurando sus operaciones europeas, incluyendo reducciones de personal y trasladando la producción a ubicaciones de menor costo.
La competencia se está intensificando con fabricantes de automóviles chinos como BYD y Chery estableciendo operaciones en países de Europa del Este de menor costo. Se prevé que esta tendencia se acelere, potencialmente dejando a los mercados de Europa Occidental como Alemania para enfocarse en vehículos premium y de lujo que pueden absorber mayores costos operativos.
A medida que los fabricantes de automóviles navegan por estos tiempos turbulentos, el equilibrio entre capacidad y costos en diferentes regiones sigue siendo un tema crítico. Los sindicatos señalan la necesidad de que la dirección ofrezca modelos de VE atractivos y asequibles para estimular la demanda y asegurar la viabilidad de las plantas europeas.
Reuters contribuyó a este artículo.
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