Bogotá, 15 dic (EFE).- Las compuertas del embalse colombiano de Prado, en alerta roja desde hace varios días debido al nivel de sus reservas, fueron abiertas hoy dentro de un programa de descargas controladas y graduales de agua, informaron sus operadores.
La de Prado es la primera de las grandes represas con fines de generación eléctrica de Colombia que recurre a la regulación de su nivel con descargas en el actual período lluvioso en el país, que en los tres meses y medio que lleva deja al menos 147 muertos.
La Empresa de Energía del Pacífico S.A. (Epsa), propietaria del embalse, explicó en un comunicado difundido desde su sede en Cali (suroeste) que el plan busca controlar los grandes caudales que le llegan desde el miércoles.
La represa recoge desde entonces "caudales superiores a los 400 metros cúbicos por segundo, lo que ha aumentado su nivel", precisó la misma fuente, que apuntó que las aguas provienen de los ríos Cunday y Negro, y llegan al Prado, tributario del Magdalena, la primera arteria fluvial del país.
La Epsa no informó del nivel de las reservas de su embalse, pero datos del sector recogidos en su informe diario por el Instituto de Hidrología, Meteorología y Estudios Ambientales (Ideam, estatal) muestran que el volumen útil de agua de Prado ha alcanzado el 125,48 por ciento.
Esta situación "nos obligó a empezar a descargar 50 metros cúbicos por segundo, es decir, solo cerca del 12 por ciento del total de los caudales que le están entrando al embalse los ríos Cunday y Negro", agregó la compañía.
La misma fuente advirtió que desde comienzos de septiembre, cuando empezó esta temporada de lluvias, la segunda del año en el país, la represa "ha recogido y evitado (...) que aproximadamente 600 millones de metros cúbicos lleguen al río Prado y posteriormente al río Magdalena".
La Epsa indicó que el programa de "descargas controladas y graduales" fue informado de manera previa a las autoridades locales y organismos de socorro, las que a su vez lo dieron a conocer a las comunidades ribereñas.
El Magdalena, que atraviesa el país de sur a norte, hasta el mar Caribe, acoge en una trayectoria de 1.558 kilómetros a más de 700 municipios y pequeñas aldeas o caseríos.
La vertiente ya tiene en emergencia a comunidades ribereñas debido a desbordamientos en varios tramos de sus cuencas media y baja.
La temporada lluviosa, que también deja al menos 30 desaparecidos y más de 800.000 damnificados, irá hasta las primeras semanas de 2012, según los pronósticos del Ideam.
La más reciente tragedia del período se presentó del lunes al martes pasados en una aldea rural de La Cruz, localidad en Nariño, departamento de la frontera sur con Ecuador.
Varios deslizamientos, que fueron arrastrados posteriormente por la avenida de un río represado, dejaron dos muertos y trece desaparecidos. EFE
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