París, 13 dic (EFE).- Los dos principales operadores de telefonía móvil de Francia, Orange y SFR, fueron condenados hoy a una multa de 183 millones de euros por prácticas contrarias a la competencia, por sus tarifas lanzadas entre 2005 y 2008 que primaban las llamadas entre clientes de la misma red.
La Autoridad de la Competencia impuso esta sanción al considerar que esas ofertas suponían una "diferenciación tarifaria excesiva" entre las llamadas efectuadas dentro de su propia red y las destinadas a clientes de otros operadores.
Orange, operador histórico francés y que en la época tenía una mayor cuota de mercado (47 %), deberá pagar una multa de 117,5 millones de euros, una sanción un 50 % superior al ser reincidente, ya que en los últimos 15 años ha tenido seis sanciones similares, señaló Competencia en un comunicado.
Este operador anunció en un comunicado su intención de recurrir la multa.
SFR, por su parte, que tenía el 36 % de la clientela particular y que fue condenado a pagar 65,7 millones de euros, señaló que estudiará la sentencia para decidir si la apela.
La sanción tiene como origen una denuncia presentada por Bouygues Télécom, en el momento de los hechos tercer operador con red propia, que consideraba que sus dos rivales se beneficiaban de una "posición dominante".
En aquel periodo, las dos principales operadoras, que copaban el 83 % del mercado, ofertaron tarifas en las que el cliente podía llamar sin coste suplementario (tarifa plana) a tres números de la red propia.
Esas ofertas supusieron un tercio de la facturación de particulares de SFR y el 40 % de la de Orange, indicó Competencia.
Para afrontar esas tarifas, Bouygues Télécom, que apenas tenía el 17 % del mercado, se vio obligado a lanzar ofertas similares con llamadas a operadores de cualquier red, lo que según la Autoridad le provocó "un importante incremento de sus costes".
"Esa situación debilitó su capacidad de animar la competencia en el mercado", señaló Competencia, que indicó además, que las ofertas de Orange y de SFR tendían a "encadenar" el mercado, "dificultando la fluidez y haciendo más difícil la migración de clientes hacia otro operador".
Consideró que las dos principales compañías no pudieron justificar la diferencia de costes entre las llamadas dentro de la red y las que tienen lugar entre clientes de diferentes redes, por lo que "podrían haber comercializado ofertas con llamadas ilimitadas hacia todos los operadores". EFE