Ignacio Ortega
Moscú, 9 mar (EFE).- Las generosas promesas electorales de aumento de los salarios, pensiones y subsidios, que el Banco Central ha estimado en más de 170.000 millones de dólares, le pueden salir muy caras al presidente electo de Rusia, Vladímir Putin,
"Para cumplir las promesas electorales del primer ministro, el Gobierno ruso tendrá que gastar un equivalente al 1,5 por ciento del producto interior bruto", asegura Vladímir Tikhomirov, economista de la corporación financiera "Otkritie".
Tikhomirov opina que esa cifra, que se asignará durante los próximos seis años de mandato presidencial de Putin, "es una carga insoportable para cualquier presupuesto federal", según el diario "Moscow News".
Durante la campaña, Putin hizo toda clase de promesas de bienestar social, que abarcaban desde los pensionistas a las familias numerosas, a maestros y profesores, veteranos de guerra y universitarios, médicos y soldados.
Putin hizo oídos sordos a las advertencias de Christine Lagarde, directora gerente del Fondo Monetario Internacional, que a finales del pasado año le aconsejó que no incrementara el gasto público, ni siquiera en vísperas de las elecciones parlamentarias de diciembre y las presidenciales de marzo.
"Insisto, no adelanté nada que no sea posible cumplir. Creo que tendremos que dedicar a esa labor un 1,5 por ciento del PIB", ha dicho Putin tras ganar las elecciones presidenciales con el 63,60 por ciento de los votos.
El nuevo contrato social entre Putin y el pueblo ruso incluye el gasto de 116.000 millones de dólares sólo en multiplicar durante los próximos seis años los sueldos de los profesores, uno de los sectores peor pagados, hasta duplicar el salario medio nacional.
En un intento de aplacar el ánimo contestatario de los universitarios, uno de los principales graneros de la ola de protestas antigubernamentales, sus estipendios aumentarán en 5.000 rublos (170 dólares).
En cuanto a las familias numerosas, Putin ha prometido incrementar los subsidios en 7.000 rublos (230 dólares) para solventar el crónico problema del decrecimiento de la población desde la caída de la URSS.
Un día después de la victoria electoral de Putin la compañía de medición de riesgo Fitch advirtió de que rebajará la calificación a largo plazo de Rusia si esta no introduce reformas y, lo que es más importante, reduce el gasto, que estima en un 8 por ciento del PIB para los próximos seis años.
Fitch considera que el creciente gasto social aumenta la dependencia de las exportaciones de hidrocarburos, por lo que una posible caída de los precios internacionales del petróleo y el gas podría asestar un duro golpe a la economía rusa.
El ministro de Finanzas, Antón Siluanov, ha reconocido que el Ejecutivo tendrá que "realizar equilibrios presupuestarios" para afrontar el incremento del gasto social.
Siluanov ha reconocido que el excesivo gasto social podría hacer peligrar el equilibrio presupuestario, más aún si el precio del petróleo baja de los 70 dólares por barril.
Aunque los salarios se llevan la palma en el gasto social, Putin también dedicará una parte del presupuesto a mejorar las condiciones de vida de un 60 por ciento de las familias para 2020.
Entre otras cosas, el Gobierno ruso reducirá entre el 20 y 30 por ciento el precio de la vivienda y también disminuirá el coste de las hipotecas.
Putin tampoco se ha olvidado de los 30 millones de jubilados, a los que ha prometido que seguirá aumentando las pensiones en línea con la inflación, uno de los principales caballos de batalla de los rusos, debido al constante incremento del coste de los productos básicos.
Y también prometió un examen médico general para toda la población y precios subvencionados de los billetes de avión para los habitantes de las regiones más remotas del país.
Estas cifras no tienen en cuenta los presupuestos de los Juegos Olímpicos de invierno de Sochi 2014 y la Copa Mundial de Fútbol de 2018, que ascenderán a cientos de millones de dólares, y el gasto en armamento durante la próxima década, que ha sido cifrado en más de 700.000 millones de dólares.
El ministro de Finanzas, Alexéi Kudrin, ya advirtió contra el aumento del gasto en programas sociales y defensa, lo que a la postre le costó el cargo. EFE