Luxemburgo, 3 jun (EFE).- La zona euro está a un paso de aprobar el próximo tramo del programa de rescate a Grecia mientras negocia un nuevo paquete de ayuda financiera, en el que previsiblemente participarán los bancos privados acreedores, de forma voluntaria.
El presidente del Eurogrupo, Jean-Claude Juncker, se mostró convencido hoy de que los ministros de Finanzas de la zona euro aprobarán un nuevo paquete de ayudas a Grecia, tras reunirse con el primer ministro griego, Yorgos Papandréu, durante más de dos horas en Luxemburgo.
El visto bueno del Eurogrupo (integrado por los ministros de Finanzas de la zona euro) podría llegar en su próxima reunión del día 20 de junio, tras el acuerdo anunciado hoy entre Grecia, la Comisión Europea, el Banco Central Europeo y el Fondo Monetario Internacional sobre los nuevos pasos a dar por Atenas para enderezar su maltrecha situación fiscal.
En base a las nuevas medidas fiscales y de privatización anunciadas por Atenas, Juncker prevé que "el Eurogrupo aceptará una financiación adicional para Grecia, bajo condiciones estrictas, por supuesto, y éstas incluirán la implicación del sector privado sobre una base voluntaria", afirmó el presidente del Eurogrupo en declaraciones a la prensa.
La implicación del sector privado "tendrá que ser negociada con los acreedores privados" que tienen bonos griegos, explicó Juncker, quien no precisó el importe de la ayuda adicional ni en qué términos participarían los bancos en ese probable nuevo rescate.
Esta condición ha sido especialmente promovida por Alemania, pero ha sido recibida con reticencias por el BCE.
Las declaraciones de Juncker se produjeron poco después de que el Gobierno griego informara de que ha recibido el visto bueno de la CE, el BCE y el FMI a las nuevas medidas de austeridad y privatizaciones con las que pretenden reducir el déficit y desbloquear nuevas ayudas.
La llamada "troika" -la Comisión, el FMI y el BCE- prevé que el quinto tramo -12.000 millones de euros- del préstamo de 110.000 millones concedido en 2010 se entregue "muy probablemente a comienzos de julio", una vez que se logre un acuerdo sobre las "modalidades de financiación", según indicó en un comunicado.
El nuevo plan de ajuste griego pretende reducir gastos del Estado y aumentar sus ingresos en unos 78.000 millones de euros hasta 2015.
El objetivo es que el déficit público, del 10,5 % del PIB, caiga hasta el 3 % dentro de tres años.
La respuesta positiva de la "troika" supondrá no solo el desbloqueo de los 12.000 millones, sino que se pueda abrir la puerta a otra financiación extra que se calcula de 60.000 millones de euros.
Con ese dinero se pretende cubrir gastos adicionales para el periodo 2012 y 2013, ya que el país no podrá acudir a los mercados para refinanciarse debido a los intereses prohibitivos que debe pagar por sus emisiones de deuda.
Juncker calificó el acuerdo de "buena noticia para Grecia, para el área del euro y toda la Unión" Europea.
"He observado con satisfacción que Grecia está dispuesta a crear un fondo de privatizaciones y estoy totalmente convencido de que los planes de privatización en los que trabajó el Gobierno heleno serán implementados de manera rápida, transparente y creíble", agregó.
"Bajo estas condiciones y esta base, es obvio que no habrá ninguna salida de Grecia de la zona euro, ninguna suspensión de pagos y que el país podrá cumplir plenamente sus obligaciones", concluyó el presidente del Eurogrupo y primer ministro de Luxemburgo.
Por su parte, Papandréu dijo que Grecia ha logrado en el primer año del programa de austeridad resultados "muy impresionantes", aunque admitió que "todavía queda mucho por hacer".
No obstante, los mercados siguen mostrándose escépticos y las principales agencias de calificación han rebajado en las últimas semanas la nota sobre Grecia, incluida Moody's, que advirtió de que hay un 50 % de posibilidades de un impago del país heleno en los próximo cinco años.
Grecia "seguirá trabajando duro y está comprometida a cumplir plenamente sus obligaciones", insistió Papandréu.
Explicó que uno de los principales problemas para la puesta en práctica del programa de ajustes es la falta de capacidad del servicio público para acometer cambios y reformas tan profundas.
Por ello ha pedido a Juncker y a otros Estados miembros que firmen acuerdos bilaterales con Grecia, al igual que la Comisión Europea, para ayudar a Atenas a fomentar esa capacidad.
El comisario europeo de Asuntos Económicos y Financieros, Olli Rehn, valoró los nuevos compromisos del Gobierno griego como "decisiones clave", pero insistió en que sigue siendo crucial "una aplicación eficaz" de las medidas prometidas, según indicó en un comunicado. EFE
cae/rcf/son