Bruselas, 21 nov (EFE).- Los líderes de los Veintisiete se reúnen a partir de mañana en Bruselas para tratar de alcanzar un complejo acuerdo sobre el marco presupuestario de la UE para 2014-2020, un debate que se prolongará varios días y que mantiene a Estados miembros e instituciones profundamente divididos.
La cumbre, que comenzará a partir de las 19.00 GMT, busca cerrar una cifra total para el periodo presupuestario de 2014-2020 -que estará en torno al billón de euros- y trazar unas líneas generales sobre a qué se destinará el gasto.
Lo hará con un amplio grupo de países que demandan un recorte claro en línea con las políticas de austeridad impuestas a escala nacional, mientras otros defienden la necesidad de mantener determinadas partidas y ayudas.
"No estamos en tiempos normales. Hacen falta unos presupuestos que reflejen la situación de muchos países que están en periodos de consolidación fiscal", dijeron hoy fuentes diplomáticas europeas.
Por ahora, nadie parece estar satisfecho con los planteamientos puestos sobre la mesa y varios Gobiernos ya han amenazado con vetar un posible acuerdo si no se respetan sus intereses.
La última propuesta, elaborada por el presidente del Consejo Europeo, Herman Van Rompuy, prevé una reducción de casi 80.000 millones de euros sobre el documento inicial de la Comisión Europea (CE), en un intento por acercarse a las exigencias de austeridad de los contribuyentes netos.
Varios de ellos, sin embargo, están en contra del plan, unos por considerar que va en la buena línea pero es insuficiente, como Reino Unido, y otros, como Alemania, porque creen que establece "prioridades erróneas".
Para Francia, otro contribuyente neto pero gran receptor de ayudas agrícolas, la propuesta ni siquiera supone una base aceptable para la negociación, mientras que Italia ha amenazado con el veto al considerar que es poco equilibrada.
Los amplios recortes diseñados por Van Rompuy tienen aún más oposición en países que se benefician de forma importante de las ayudas europeas en materia de cohesión o agricultura, partidas que soportarían el grueso del recorte y perderían hasta 55.000 millones de euros frente a lo planteado por la CE.
España, entre otros, considera inasumibles las cifras, con las que el país podría perder unos 20.000 millones de euros.
Ante esta situación, Van Rompuy se reunirá mañana de manera bilateral con los distintos jefes de Estado y de Gobierno a partir de las 08:45 hora GMT (09.45 hora peninsular española), con vistas a presentar una propuesta enmendada al comienzo de la reunión formal de los líderes, que arrancará a las 19.00 GMT.
El presidente del Gobierno español, Mariano Rajoy, se reunirá con el belga a las 17:00 GMT (18.00 hora peninsular), y buscará evitar la drástica reducción que afectarían a la agricultura, así como los recortes en las partidas relativas a políticas de cohesión, a ciudades autónomas como Ceuta y Melilla o a territorios ultraperiféricos como las Islas Canarias.
Ante esas disparidades entre los Veintisiete, se da por hecho que la cumbre se puede prolongar por encima de lo previsto y la sede del Consejo Europeo está preparada para que la negociación continúe hasta el sábado.
Según fuentes diplomáticas, las posturas son "muy lejanas", pero se confía en que aún hay margen para un acuerdo.
"Hay perspectivas reales de un acuerdo, (...) pero yo no apostaría mi dinero", señaló hoy un diplomático europeo que ha pedido el anonimato.
Otras fuentes diplomáticas indicaron que "no hay milagros, y sí elecciones difíciles a tomar. Todos tienen que escucharse. Lo bueno es que todos conocen las posiciones del otro".
En los últimos días ha ganado fuerza la opción de que no se llegue a un acuerdo y éste se posponga a una nueva cita en febrero.
Van Rompuy, en su carta de invitación a la cumbre, pidió a los líderes que pongan todo de su parte para lograr un acuerdo ahora y advirtió de que un fracaso sería "dañino" para la Unión.
Aunque la discusión del marco presupuestario es el punto clave de la agenda, los Gobiernos abordarán al inicio de su encuentro el nombramiento del luxemburgués Yves Mersch como miembro del comité ejecutivo en el Banco Central Europeo (BCE).
Después de que España bloquease el procedimiento escrito por el que se preveía confirmar el nombramiento, los líderes europeos tendrán que decidir por mayoría cualificada, lo que supone que a priori Mersch tiene garantizado el respaldo.
Como telón de fondo seguirá planeando la sombra de Grecia y su rescate, después de que el miércoles la eurozona, el BCE y el FMI no lograsen ponerse de acuerdo.
Según fuentes comunitarias, este asunto no será discutido y se dejará a los ministros de Finanzas, pero tampoco se descarta que algún país lo ponga sobre la mesa. EFE