Por Lucila Sigal
(Reuters) - La premiada directora argentina Lucrecia Martel está filmando un documental sobre el caso de un activista indígena del norte de su país que fue asesinado en 2009 por un terrateniente, en el que cuestiona cómo se legitima el poder que ejercen los hombres blancos, un abuso que puede trasladarse a muchas minorías.
"Chocobar", que Martel escribió junto a la actriz María Alché, cuenta la historia de Javier Chocobar, un líder indígena de la comunidad diaguita en El Chorro, en la provincia de Tucumán, a unos 1.000 kilómetros al noroeste de Buenos Aires.
Chocobar tenía 68 años cuando fue asesinado por un empresario que intentó ingresar por la fuerza a las tierras que habían pertenecido a su comunidad por generaciones. El asesino, que quería ese territorio para explotar una cantera de piedra laja, fue condenado en octubre pasado a 22 años de prisión.
Martel, directora de las películas "La ciénaga", "La niña santa", "La mujer sin cabeza" y su último filme "Zama", nació en Salta, otra provincia ubicada en el noroeste argentino, por lo que conoce bien la problemática indígena.
"Encontramos que de lo que teníamos que hablar no era nosotros ponernos a hablar en nombre de las culturas indígenas, ya que jamás lo vamos a lograr si no es exóticamente de esa posición", dijo Martel, de 52 años, en una entrevista con Reuters en el marco del Festival de Cine de Mar del Plata.
"Era sobre el pensamiento blanco, cómo podemos hacer esas cosas, qué nos autoriza. Es un conflicto que se puede trasladar a cualquier cosa, donde alguien se sienta autorizado a menoscabar a otro, a una mujer, a un pobre, a un indígena, a un travesti, lo que sea", agregó una de las directoras argentinas más reconocidas a nivel mundial por su singular mirada.
Martel dijo que el proceso del documental le tomó más de ocho años de trabajo y que decidió primero filmar "Zama" (2017), una película ambientada en la América colonial donde también aparece el tema indígena. La cinta es una adaptación de un libro de Antonio Di Benedetto y narra la historia de un funcionario de la corona española que, destinado cerca de Paraguay a fines del siglo XVIII, espera su traslado a un lugar mejor.
"Tenía menos conflicto para pensar la ficción que para entender de qué se trataba el documental (...) No es sobre los indígenas y su cultura porque me parece que ese lugar no necesita de nuestra defensa, lo que necesita es de nuestro respeto", dijo Martel sobre "Chocobar".
SERIES, SATISFACCIÓN INMEDIATA
Martel ve una relación entre el momento político global actual más proclive a gobiernos de derecha y la inclinación de las personas a consumir series de televisión que, según ella, generan una satisfacción inmediata e inhiben la acción.
"Es indudable que hay una relación entre el momento histórico global donde vuelve a resurgir este discurso xenófobo, homofóbico, depredador económicamente con tanta dureza que está pasando en todos los países y todos los países estamos azorados. ¿Pero cómo ganó (Jair) Bolsonaro (en Brasil)? ¿Cómo ganó (Donald) Trump (en Estados Unidos)? Están sin respuesta", dijo.
"En este mundo con esa situación política aparece una industria narrativa que se legitima rapidísimamente, en el mundo de las series, y se vuelve global inmediatamente. ¿Cómo vamos a separar una cosa de la otra? Para mí funciona como un no pensamiento. Ya la noche, que era el momento en que podían haber las reflexiones, ahora uno puede sumergirse en ese mundo y tener un deseo de futuro, que es la próxima temporada", agregó.
Para Martel, las series satisfacen tanto al público que alguien que vio "House of Cards" cree que piensa bien sobre la política. "Genera una satisfacción intelectual, como que ya sos parte, pero para mí inhibe a la acción", concluyó.
(Reporte de Lucila Sigal. Editado por Rodrigo Charme)