Por Max Hunder
KIEV, Ucrania (Reuters) -Moscú dijo el jueves que 1.730 combatientes ucranianos se habían rendido en Mariúpol en tres días, incluidos 771 en las últimas 24 horas, afirmando una rendición a una escala mucho mayor de lo que Kiev ha reconocido desde que ordenó la retirada de su guarnición.
El resultado final de la batalla más sangrienta de Europa en décadas seguía sin resolverse públicamente, sin que se confirmara la suerte de los cientos de soldados ucranianos que habían resistido en una gran acería al final de un asedio de casi tres meses.
Ucrania, que afirma que pretende conseguir un intercambio de prisioneros, no ha querido decir cuántos había dentro de la planta ni comentar la suerte del resto, ya que confirmó que algo más de 250 se habían rendido en las primeras horas después de que les ordenara rendirse.
El líder de los separatistas respaldados por Rusia que controlan la zona dijo que casi la mitad de los combatientes permanecían dentro de la planta siderúrgica, donde los búnkeres y túneles subterráneos les habían protegido de semanas de bombardeos rusos.
"Más de la mitad ya se ha ido, más de la mitad ha dejado las armas", dijo Denis Pushilin al canal de televisión por internet Soloviov Live. "Que se rindan, que vivan, que se enfrenten honestamente a los cargos por todos sus crímenes".
Los heridos han recibido tratamiento médico, mientras que los que están en forma han sido llevados a una colonia penal y están siendo tratados bien, dijo.
Los representantes ucranianos dicen que no pueden comentar públicamente el destino de los combatientes, ya que se están llevando a cabo negociaciones entre bastidores para rescatarlos.
"El Estado está haciendo los máximos esfuerzos para llevar a cabo el rescate de nuestro personal de servicio", dijo el portavoz militar Oleksandr Motuzainik en una conferencia de prensa. "Cualquier información al público podría poner en peligro ese proceso".
Rusia niega que haya acordado un intercambio de prisioneros por ellos. Muchos de los defensores de Azovstal pertenecen a una unidad ucraniana de origen ultraderechista, el Regimiento de Azov, que Moscú califica de nazis y dice que deben ser procesados por crímenes. Ucrania los llama héroes nacionales.
El fin de los combates en Mariúpol, la mayor ciudad que Rusia ha capturado hasta ahora, permite al presidente ruso Vladimir Putin reivindicar una rara victoria en la invasión que inició el 24 de febrero. Esto da a Rusia el control completo del mar de Azov y una extensión ininterrumpida de territorio a lo largo del este y el sur de Ucrania.
Ucrania afirma que decenas de miles de civiles murieron en los casi tres meses de asedio y bombardeo rusos que asolaron la ciudad. La Cruz Roja y las Naciones Unidas afirman que el número real de víctimas no se ha contabilizado, pero que se cuentan por miles, lo que la convierte en la batalla más sangrienta en Europa, al menos desde las guerras de Chechenia y los Balcanes de la década de 1990.
Moscú niega haber atacado a civiles en su "operación militar especial" para desarmar y "desnazificar" a su vecino. Ucrania y Occidente afirman que las fuerzas rusas han matado a muchos miles de civiles en una guerra de agresión no provocada.
LUCHAS EN EL DOMBÁS
Las fuerzas rusas fueron expulsadas del norte de Ucrania y de los alrededores de la capital a finales de marzo, y este mes fueron alejadas de la segunda ciudad más grande, Járkov.
En una señal de la vuelta a la normalidad en la capital, Estados Unidos reabrió el miércoles su embajada en Kiev.
"El pueblo ucraniano... ha defendido su patria frente a la invasión desmedida de Rusia y, como resultado, las barras y estrellas vuelven a ondear sobre la embajada", dijo el secretario de Estado estadounidense, Antony Blinken.
Sin embargo, Rusia sigue presionando con su ofensiva principal, utilizando artillería y blindaje masivos, tratando de capturar más territorio en el este del Dombás, compuesto por las regiones de Donetsk y Luhansk, que Moscú reclama en nombre de los separatistas.
El Estado Mayor ucraniano dijo el jueves que los ataques de Rusia se centraron en Donetsk. Las fuerzas rusas "sufrieron pérdidas significativas" en torno a Sláviansk, al norte de Donetsk.
La policía dijo en Telegram el jueves que dos niños habían sido asesinados en la ciudad de Donetsk de Limán. Serhi Gaidai, gobernador de la vecina región de Luhansk, dijo que cuatro personas habían muerto y tres habían resultado heridas en los bombardeos de la ciudad de Sievierodonetsk, en la línea del frente.
En Rusia, el gobernador regional de la región fronteriza de Kursk acusó a las fuerzas ucranianas de bombardear un pueblo fronterizo, matando al menos a un civil. Ambas partes se han acusado mutuamente de bombardeos transfronterizos durante semanas.
Reuters no pudo verificar estas informaciones.
(Información de Natalia Zinets y Max Hunder en Kiev y de un periodista de Reuters en Mariupol; información adicional de las oficinas de Reuters; redacción de Stephen Coates; edición de Richard Pullin, traducido por José Muñoz en la redacción de Gdańsk)