MADRID (Reuters) - El ministro de Hacienda español, Cristóbal Montoro, dijo el viernes que confía en que a lo largo de la semana que viene pueda llegar a un pacto con el Partido Nacionalista Vasco para sumar los apoyos parlamentarios suficientes para sacar adelante el primer trámite para aprobar los presupuestos de 2017.
El eventual acuerdo con los nacionalistas vascos se sumaría al que el Gobierno ya tiene con Ciudadanos y con Coalición Canaria para que el próximo jueves el Congreso de los Diputados rechace con 175 votos, justo la mitad de la cámara, las enmiendas de totalidad presentadas por otros grupos de la oposición.
"Estamos trabajando intensamente con el Partido Nacionalista Vasco en una relación leal y franca que agrupa demandas diversas como es normal (...) está pendiente la actualización del cupo", dijo en la rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros.
"Estamos avanzados y confiados en que realmente podamos llegar en la próxima semana a sumar las votaciones pertinentes para que los Presupuestos vayan adelante", añadió el ministro.
Confirmando estas previsiones optimistas del ministro, el PNV anunció poco después que no presentaría una enmienda a la totalidad a las cuentas de este año al haberse "desbloqueado temas importantes de la negociación".
"Vemos posible cerrar un muy buen acuerdo para Euskadi, por lo que seguiremos negociando en las próximas horas", dijo el grupo parlamentario vasco en un comunicado, en el que en cualquier caso no descartó votar a favor de otras enmiendas presentadas "si la actual expectativa no se ve correspondida".
Una vez superado el trámite del debate de totalidad, el proyecto de presupuestos aún tendría que salvar tras su paso por comisión las enmiendas parciales de los grupos, y será entonces cuando el Gobierno necesitará una mayoría absoluta que aún no tiene garantizada y que buscará con la ayuda del diputado de Nueva Canarias en el Congreso, Pedro Quevedo.
La tramitación de los presupuestos, que llega con meses de retraso tras la parálisis política del año pasado, está poniendo a prueba la capacidad del Gobierno para garantizar la estabilidad del país y despejar el fantasma de un adelanto electoral.