La Habana, 25 sep (EFE).- Cuba perfila su apuesta por la inversión extranjera y varios tipos de empresas de capital foráneo en la Zona Especial de Desarrollo en Mariel, la primera de la isla, tras aprobar ventajosas políticas tributarias o aduaneras en las normas jurídicas del proyecto, que empezarán a regir en noviembre.
El interés por "atraer" la inversión externa queda explícito en el documento publicado en la Gaceta Oficial de Cuba y firmado la semana pasada por el propio presidente, Raúl Castro, y según el cual el primer objetivo del Mariel será "contribuir al desarrollo" de la isla.
Generar exportaciones, fuentes de empleo, financiamiento, transferencias tecnológicas, sistemas logísticos y estimular el establecimiento de empresas nacionales y foráneas, son otros de los objetivos de la obra que comenzó en 2011 y debe estar lista en 2014.
Cuba prevé un escenario de inversiones extranjeras que podría comprender servicios y obras públicas, la trasmisión de la propiedad estatal y desarrollos inmobiliarios.
En esos casos, como en la intervención de empresas de capital totalmente foráneo o que incluya la participación de un Estado extranjero, sólo el Consejo de Ministros podrá dar luz verde a los proyectos.
Otras categorías de negocios podrán ser aprobados directamente por la futura Oficina de la Zona Especial de Desarrollo de Mariel (ZEDM), puerto ubicado unos 45 kilómetros al oeste de La Habana y con el que el país caribeño aspira a convertirse en el centro regional de logística de mercancías.
Entre las ventajas diseñadas para atraer el capital externo en la ZEDM, el Gobierno cubano ha establecido un régimen especial tributario que exonera de los impuestos por el uso de fuerza de trabajo y del pago sobre utilidades por 10 años.
Se liberará asimismo el pago impositivo aduanero por medios para inversiones en la zona, y el impuesto sobre las ventas y servicios en el primer año de operaciones.
Por otra parte, los inversionistas extranjeros establecidos en la ZEDM podrán transferir sus fondos o utilidades netas al exterior sin pagar impuestos o gravámenes, así como "repatriar" su capital.
Las obras de ampliación del puerto del Mariel son la más importante inversión que se desarrolla actualmente en la isla, con un monto de unos 900 millones de dólares, de los que 640 corresponden a un crédito aportado por Brasil.
Aunque Cuba comenzó a abrirse a las inversiones extranjeras desde mediados de la década de los años ochenta del siglo pasado, fue en los noventa que impulsó esa opción a partir de la crisis económica generada por el colapso del bloque socialista.
El Gobierno de Raúl Castro ha anunciado que trabaja en la modificación de la ley de inversión extranjera como parte del proceso emprendido para "actualizar" el modelo económico socialista del país. EFE