VARSOVIA, 14 jun (Reuters) - Quienes deseen viajar a la península de Hel, en el mar Báltico, ya no podrán hacerlo en el autobús 666, después de que el operador local de transporte público cambiara el número de un servicio que viajaba a la popular localidad costera polaca tras las críticas de grupos religiosos.
Hel es un imán para los veraneantes, atraídos por sus playas y sus senderos forestales, tan poco parecida al foso ardiente de la condenación eterna que su nombre evoca en la mente de los angloparlantes ("hell", escrito con dos eles pero pronunciado igual, significa "infierno" en inglés).
Turistas y lugareños han visto durante mucho tiempo el lado divertido del nombre y para muchos el 666, que hace referencia al "número de la bestia" asociado a Satanás, era una broma inofensiva.
Sin embargo, no todo el mundo lo encontraba divertido y el servicio se había topado con las críticas de algunas personas que consideraban que ofendía su sensibilidad religiosa.
"El consejo de administración cedió ante el peso de las cartas y peticiones que se nos enviaron, quizá no en gran número, pero sí cíclicamente durante muchos años con la petición de cambiar el número de la línea", dijo Marcin Szwaczyk, de la empresa local de autobuses PKS Gdynia.
La empresa ha decidido ahora cambiar el número a 669, dijo Szwaczyk, quien añadió que se han recibido quejas de particulares y grupos cristianos durante casi 10 años.
En 2018, el grupo católico Fronda etiquetó el uso del número como "estupidez satánica".
"El infierno es la negación de la humanidad. Es la muerte eterna y el sufrimiento", escribió el grupo en un artículo. "Sólo puedes reírte de esta realidad si sencillamente no entiendes lo que es".
El nuevo servicio de verano 669 empezará a funcionar el 24 de junio, pero Szwaczyk no descartó el regreso del 666 si los pasajeros lo demandan.
"Si de hecho la respuesta es grande y lo suficientemente fuerte como para restablecer la línea 666, me parece que escucharemos a nuestros pasajeros y cambiaremos este número", dijo.
(Reporte de Anna Wlodarczak-Semczuk, Alan Charlish y Malgorzata Wojtunik; edición de Angus MacSwan; editado en español por Darío Fernández)