BUENOS AIRES (Reuters) - Argentina continuaba el sábado, en medio de condiciones climáticas adversas, la búsqueda de un submarino militar con 44 tripulantes cuya comunicación con tierra se cortó hace tres días en el sur del país, en un caso que genera creciente preocupación y que llevó a varias naciones a ofrecer su colaboración.
En la noche del viernes, la Armada del país sudamericano elevó a "búsqueda y rescate" su operación para intentar hallar al submarino ARA San Juan, que perdió contacto con base en la mañana del miércoles cuando se encontraba en el sur del Mar Argentino, a 432 kilómetros de la costa patagónica.
"La meteorología no es muy buena", dijo a periodistas el sábado Enrique Balbi, portavoz de la Armada, que señaló que un temporal con fuertes vientos afectaba la zona y generaba olas de unos 6 metros que dificultaban la exploración y la visibilidad.
Se espera que las condiciones climáticas sigan siendo adversas hasta la tarde del domingo, dijo el sábado a Reuters una fuente de la Armada, que habló bajo condición de anonimato porque no está autorizada oficialmente a hacer declaraciones.
El Papa Francisco -nacido en Argentina- envió el sábado un mensaje de apoyo a las familias de los ocupantes de la nave y dijo que mantenía una "ferviente oración" por la tripulación.
En tanto, a las tareas de búsqueda de Argentina se sumaron aviones de Estados Unidos y Reino Unido. Brasil, Uruguay, Perú y Sudáfrica también ofrecieron su asistencia para encontrar a la nave perdida y a sus tripulantes.
"No solo seguimos reforzando la búsqueda en superficie sino que también estamos ahora dando prioridad a una búsqueda de un submarino sumergido, eventualmente también apoyado en el lecho del mar", dijo a periodistas Gabriel González, jefe de la base naval de Mar del Plata, una ciudad costera a 400 kilómetros de la capital argentina y adonde se dirigía la nave desaparecida.
"La búsqueda submarina obviamente es mucho más complicada que la búsqueda en superficie, porque requiere de la conjunción de medios de alta tecnología", explicó González.
El ARA San Juan -un submarino alemán con propulsión a diésel y eléctrica- había partido desde la ciudad de Ushuaia, en la remota provincia austral argentina de Tierra del Fuego, con el objetivo de atracar en el puerto de Mar del Plata.