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Macarena Vidal
Washington, 27 ene (EFE).- La creación de empleo será "el
objetivo principal de 2010", prometió hoy el presidente de EE.UU.,
Barack Obama, en su esperado discurso sobre el Estado de la Unión,
donde la economía fue la protagonista absoluta.
En su discurso ante ambas cámaras del Congreso, de cerca de 70
minutos de duración y que comenzó con 10 minutos de retraso, Obama
buscaba devolver la ilusión a los demócratas, desmoralizados tras la
pérdida de la mayoría absoluta en el Senado, y recuperar la
iniciativa frente a un electorado cada vez más escéptico.
Para ello, y ante la realidad de un paro del 10 por ciento y un
déficit fiscal de 1,35 billones de dólares para este año, optó por
proponer una serie de medidas que, aseguró, servirán para crear
puestos de trabajo.
"El empleo debe ser nuestro objetivo número uno en 2010 y por eso
pido este año un proyecto de ley para la creación de nuevos
trabajos", dijo.
Así, propuso usar 30.000 millones de dólares de las ayudas
devueltas por Wall Street para que los bancos comunitarios, que son
pequeñas entidades locales, extiendan más créditos a las empresas y
éstas puedan efectuar más contrataciones.
También propuso un incentivo fiscal para las empresas que
aumenten sus plantillas o que eleven los salarios, y rebajas
tributarias para fomentar la inversión.
Asimismo, se comprometió a doblar las exportaciones en los
próximos cinco años, lo que creará dos millones de puestos de
trabajo, según afirmó.
En este sentido, también prometió fortalecer los vínculos
económicos de su país con Colombia y Panamá, aunque no pidió al
Congreso que ratifique los acuerdos comerciales pendientes con ambas
naciones.
"Tenemos que buscar nuevos mercados enérgicamente, del mismo modo
que nuestros competidores. Si Estados Unidos se sienta en la banda
mientras otras naciones firman acuerdos comerciales perderemos la
oportunidad de crear empleos en nuestro territorio", dijo Obama.
Las propuestas económicas del presidente estadounidense
incluyeron también -como se había encargado la Casa Blanca de
difundir en los últimos días- la congelación parcial del gasto
público, excluidas las partidas destinadas a la Defensa, la
seguridad, las pensiones y la sanidad.
Con ello busca ahorrar cerca de 250.000 millones de dólares en
los próximos diez años.
Se refirió también a la reforma sanitaria, su gran prioridad
legislativa en 2009 y que se encuentra en entredicho después de que
los demócratas perdieran la mayoría absoluta en el Senado la semana
pasada.
"No abandonemos la reforma. No ahora. No cuando estamos tan
cerca. Encontremos una vía para unirnos y completar el trabajo en
beneficio del pueblo estadounidense", instó.
Aprovechó también para arengar a los desmoralizados demócratas:
"Les recuerdo que seguimos teniendo la mayoría más amplia de las
últimas décadas, y que la gente espera de nosotros que resolvamos
los problemas, no que salgamos corriendo a la mínima".
En un discurso en el que la política exterior ocupó un papel
secundario -Oriente Medio o Guantánamo brillaron por su ausencia-,
Obama afirmó que "la guerra se acerca a su fin" en Irak y los
soldados de su país "vuelven a casa".
Mientras, sobre Afganistán, adonde en diciembre ordenó enviar
30.000 soldados adicionales, aseguró: "Tengo confianza en que
tendremos éxito".
Quizá una de las mayores novedades de su discurso fue su
compromiso de eliminar la ley que impide que los homosexuales
declarados puedan servir en las Fuerzas Armadas: "Trabajaré con el
Congreso y nuestros militares para derogar finalmente la ley que
niega a los estadounidenses homosexuales el derecho de servir al
país que aman por ser quienes son".
Y la reforma migratoria, que en su día se conjeturó que Obama
podría acometer en su primer año de mandato, apenas logró una
mención honorífica.
"Deberíamos continuar el trabajo de arreglar nuestro fallido
sistema migratorio, de garantizar la seguridad en la frontera, hacer
cumplir nuestras leyes y asegurarnos de que cada persona que cumple
las reglas puede contribuir", se limitó a decir. EFE
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