El pasado martes, Banco Bilbao Vizcaya Argentaria (BME:BBVA), S.A. (BBVA) presentó una propuesta de fusión a Banco Sabadell (BME:SABE) SA, lo que provocó nuevas discusiones sobre la consolidación bancaria en Europa.
La posible fusión entre BBVA y Banco Sabadell catapultaría al primero al club exclusivo de bancos de la eurozona con más de 1 billón de dólares (940.000 millones de euros) en activos totales, lo que lo situaría justo detrás de gigantes del sector como BNP Paribas (EPA:BNPP), Crédit Agricole, Banco Santander SA (BME:SAN), Société Générale SA y Deutsche Bank AG (ETR:DBKGn).
Además, este acuerdo elevaría a BBVA hasta convertirse en el tercer banco más grande de la eurozona por capitalización bursátil, estimada en aproximadamente 65.000 millones de dólares (61.000 millones de euros), solo por detrás de BNP Paribas y Banco Santander.
Si bien los detalles de la posible operación siguen sin conocerse, Chris Hallam, analista de renta variable de Goldman Sachs (NYSE:GS), cree que el BBVA/Sabadell "se basaría en una sólida lógica industrial, dado el potencial de sinergias de ingresos y costes debido a la superposición de sus negocios en España".
Según las cifras de 2023, esta fusión podría aumentar los ingresos y el beneficio neto de BBVA en un 17%, con un aumento del 40% en los préstamos y del 22% en los activos ponderados por riesgo.
A pesar de las atractivas perspectivas, Hallam señaló los desafíos que plantean las fusiones transfronterizas dentro de la eurozona, debido a los estrictos marcos regulatorios y a la complejidad de la integración bancaria. Esto ha hecho que las fusiones a gran escala sean menos probables y, en cambio, ha favorecido las consolidaciones en el mercado.
El telón de fondo de este debate sobre la fusión es que, desde principios de año, los bancos más pequeños de la zona del euro han registrado un comportamiento significativamente superior al de los más grandes.
Las acciones del Banco Sabadell han subido casi un 60% en los cuatro primeros meses del año. Del mismo modo, el pequeño banco italiano BPER Banca SpA ha registrado un aumento del 56%. El banco italiano Banca Monte dei Paschi di Siena (BIT:BMPS) SpA, que alguna vez tuvo problemas, ha registrado un repunte del 40% en sus acciones. Banco BPM (BIT:BAMI) SpA y Unicaja Banco (BME:UNI) SA también han imitado este comportamiento. Cabe destacar que ninguno de estos cinco bancos tiene una capitalización bursátil superior a los 10.000 millones de euros ni un activo total superior a los 250.000 millones de euros.
Se espera que la actividad de fusiones y adquisiciones bancarias europeas repunte en 2024
nivel más bajo en al menos seis añosDe cara al futuro, se espera que la actividad de fusiones y adquisiciones (M&A) de los bancos europeos repunte en 2024, impulsada por la disminución de la inflación y las valoraciones más bajas, especialmente en los servicios de asesoramiento y tecnología financiera, según S&P Global.
La actividad ya comenzó en 2024, como lo demuestra el hecho de que el prestamista francés Crédit Agricole SA adquirió en enero una participación del 7% en el grupo de pagos Worldline SA, con sede en París.
Según Benoit Gérard, director de estrategia y transacciones de servicios financieros de EY para Europa, Oriente Medio, India y África, existen buenas perspectivas de que los bancos formen empresas conjuntas y asociaciones con compañías de tecnología financiera en 2024, ya que su objetivo es aumentar sus capacidades tecnológicas.
La fusión podría ser un factor desencadenante de la consolidación
bancos de inversión norteamericanos en Europadinámica competitiva bastante difícilEn un momento en que el sector financiero se encuentra en la cúspide de posibles cambios transformadores, la atención se centra también en los bancos más grandes, como Deutsche Bank, al que se ha vinculado con posibles adquisiciones de ABN AMRO (AS:ABNd) y Commerzbank (ETR:CBKG), a pesar de las reservas de su director general sobre la posibilidad de realizar fusiones en 2024.
En resumen, la posible fusión entre el Banco Bilbao Vizcaya Argentaria (BBVA) y el Banco Sabadell podría, de hecho, servir como un detonante fundamental para la consolidación del sector bancario de la eurozona.
Este acuerdo no solo refleja la creciente necesidad de escalar el panorama financiero europeo, sino que también subraya un cambio más amplio hacia los realineamientos estratégicos en respuesta a las presiones competitivas y a los avances tecnológicos.