Abismo fiscal e incertidumbre para cerrar la semana

Se acerca el desenlace del conflicto sobre el abismo fiscal en Estados Unidos y el próximo lunes 30 de septiembre es el último día para llegar a un acuerdo que parece inminente. Como ya ocurrió en anteriores ocasiones lo más probable es que en vez de buscar una solución, prolonguen el problema para más adelante.

Las bolsas americanas ya están empezando a descontar este acuerdo, pero tras el anuncio es posible que todavía quede algo de recorrido. En cuanto finalice este conflicto de índole fiscal volveremos a la famosa discusión sobre la reducción de la QE. Esta semana cinco miembros de la Fed han criticado duramente que no se haya producido la primera reducción, pero por otra parte hay que recordar que en la última reunión de la Fed la votación a favor de la continuidad de las medidas cuantitativas fue de nueve a uno.

En la última reunión volvieron a hacer referencia a la mejoría que se debería producir en el desempleo para que se inicien las reducciones y ayer conocimos una fuerte mejoría en las peticiones de desempleo, dato que, a pesar de todo, se vio empañado por los malos datos de viviendas nuevas y la ligera diferencia entre la previsión y el dato definitivo de Producto Interior Bruto. Volviendo al viejo continente, Italia sigue sumida en un mar de dudas, la tensión política está castigando duramente tanto su índice como su prima de riesgo.

En Reino Unido a pesar de que la cifra de PIB de ayer decepcionó al mercado y produjo correcciones prácticamente en toda Europa. Miembros del Banco de Inglaterra ya empiezan a presionar para que finalice el programa de compra de bonos, pero por las palabras en anteriores comparecencias de su presidente, Mark Carney, no parece que eso vaya a ocurrir antes de final de año. Como datos relevantes durante la jornada de hoy destacamos el PIB Trimestral de Francia y el IPC en Alemania, éste último muy importante para la economía germana, que vive siempre pendiente del control de la inflación. Destacamos también el discurso de Mario Draghi, donde no se espera ninguna declaración o medida que pueda sorprendernos.