Fuertes ascensos en las bolsas europeas desde la apertura, que siguen obedeciendo a la extraña respuesta de los inversores a las declaraciones que realizó Trump tras confirmarse que será el próximo Presidente de EE.UU.
Recordemos la secuencia de acontecimientos y la respuesta de los mercados a los últimos giros electorales.
A finales del mes de octubre, las bolsas descontaban que ganaría Clinton, prácticamente con un 100% de posibilidades. Y con ello, Europa trataba de romper resistencias. La reactivación de la investigación del FBI sobre los correos electrónicos enviados por la candidata demócrata desde un servidor no oficial, acortó las distancias en las encestas entre ambos candidatos, y las bolsas reaccionaron con claras caídas.
Durante el pasado fin de semana, el FBI dio marcha atrás, y confirmó que no había materia penal en las acciones de Hillary Clinton, y las bolsas subieron con fuerza el lunes, volviendo a cotizar a alza las posibilidades de la candidata demócrata. Cuando en la madrugada del martes se conocía que Donald Trump sería el nuevo presidente, la primera reacción de los mercados fue extraordinariamente bajista.
Pero, posteriormente, un discurso en el que el republicano tendió su mano a todos los americanos, mostrándose mucho más conciliador, e insinuó que aumentaría las inversiones en infraestructuras y rehabilitación de edificios, deshizo por completo esa reacción bajista, para llevar a los inversores a decantarse por las compras claras, situación que se prolonga en el día de hoy.
Así pues, todo está resultando muy extraño e imprevisible. Es natural que algunos sectores se hayan visto favorecidos, como el farmacéutico y el petrolero. Otros, como el constructor, también ha podido verse motivado por las palabras de ayer. Pero no resulta demasiado creíble está reacción generalizada de euforia, ante la victoria de un candidato que hace apenas unas semanas provocada un gran miedo en los mercados.
Puede ser que sus ambiguas declaraciones de ayer, en un tono bien distinto, hayan gustado; puede ser que los mercados no crean en que Trump cumplirá sus promesas electorales (aunque el peso mexicano sí parece creerlo), puede que los inversores perciban ahora que la Reserva Federal ralentizará la decisión de subir los tipos de interés ante la incertidumbre que se desata; puede también que ocurra lo contrario, y que parte del mercado piense que las horas de Yellen y de la política monetaria ultralaxa estén contadas (ayer el sector bancario fue uno de los más alcistas), puede que la subida del dólar (pasando ayer de casi 1,13 hasta el 1,09 actual) esté ayudando a los sectores exportadores europeos… Los mercados pueden haber encontrado pequeños y variados catalizadores en el triunfo de Trump, pero no resulta sostenible que todos ellos operen a la vez.
Hoy mismo, Fitch ha dicho que la victoria de Trump es negativa desde el punto de vista del rating crediticio.
El caso es que ayer Wall Street cerró con subidas superiores al 1%, que llevaron a los selectivos americanos a recuperar sus zonas de confort de los dos últimos meses. Pero es que los futuros sobre los índices estadounidenses están subiendo ahora mismo cerca del 1%, lo que acerca la cotizaciones a los máximos anuales e históricos.
En Asia, el Nikkei también ha subido casi un 7%, reponiéndose por completo del desplome del 5% que vivió ayer. La Bolsa de Shangai también ha escalado más de un 1%.
En el capítulo de datos macroeconómicos, tenemos un mal dato de producción industrial en Francia, y otro mejor de lo esperado en Italia.
Esta tarde en EE.UU. conoceremos los datos de empleo semanales a las 14:30.
En resultados empresariales tenemos que han sentado muy bien los publicados por Siemens (DE:SIEGn), que además ha añadido que ve una buena oportunidad en la victoria de Trump, y los de Generali (MI:GASI) y Técnicas Reunidas (MC:TRE). En el extremo opuesto, tenemos los de Deutsche Telekom (DE:DTEGn), Continental (DE:CONG), Mapfre (MC:MAP) y Astrazeneca (LON:AZN).
En estos momentos, tenemos que los bancos, los recursos básicos, las constructoras, las industriales y las sanitarias son las compañías que más suben en Europa.
El petróleo, que también subió el día de ayer en paralelo a la recuperación de las bolsas, está tranquilo en estos momentos, pese a conocerse que la Agencia Internacional de la Energía ha avisado de un aumento en la producción de crudo hasta máximos durante el mes de octubre.
En resumen: la imprevisible reacción de las bolsas a la victoria de Trump sigue siendo bastante misteriosa y desconcertante. Tanto Europa como Wall Street se acercan a máximos anuales por esta razón, lo cual era prácticamente imposible de predecir. Si vamos a poder superar resistencias de la mano de este factor es la gran pregunta en estos momentos. Pero lo que sí que parece claro es que la reacción ha sido muy desordenada, sin estar mínimamente claro qué es lo que se está celebrando en concreto.