La política monetaria ultraliberal aupó el oro hasta máximos históricos en 2011 llegando hasta los 1.923,79 dólares, pero el resplandor del metal precioso se ensombreció cuando numerosos datos económicos de los EE.UU. más sólidos de lo esperado truncaron las expectativas de una tercera ronda de flexibilización cuantitativa. Los precios han caído casi un 10,0% después de que las perspectivas optimistas que presagiaban compras adicionales de activos del SFR auparan el oro hasta los 1.790 dólares a finales de febrero, el precio más alto desde noviembre de 2011.
Las declaraciones de la Reserva Federal han resultado últimamente muy volátiles para que los inversores líderes en el mercado del oro y los operadores las tomen al pie de la letra. En esta ecuación, la demanda también se muestra más débil, sobre todo debido a la huelga del sector de la joyería en la India tras la propuesta del ministro de finanzas indio de doblar los impuestos sobre el oro y la plata en el mercado de lingotes más grande del mundo. La falta de demanda física ha afectado a los precios mientras la protesta continuaba por tercera semana consecutiva.
Una fuente de demanda ha impulsado los precios, especialmente las ventas de automóviles en EE.UU. que aumentaron más del 15% en marzo indicando una mayor confianza entre los consumidores estadounidenses. Todo esto ha propiciado una subida de precios de los metales preciosos, incluidos el platino, el paladio y la plata. A medio plazo, vemos la consolidación del oro entre 1600 y 1800 dólares, puesto que los riesgos más importantes se han impuesto después de unos datos de EE.UU. mejores de los esperados. Los analistas de ventas han recortado las predicciones de nuevo, pronosticando un precio de 1800 dólares si persisten estos vientos globales. De forma parecida, la plata se ha consolidado desde septiembre entre los 26 y los 37,50 dólares. En los próximos 3-6 meses, la plata podría oscilar entre los 35 y los 37 dólares.