La Reserva Federal dejó una puerta abierta a un alza de tipos de interés en la reunión del 16 y 17 de septiembre próximos, a partir de la interpretación del comunicado de política monetaria conocido en la víspera.
El organismo centró su mensaje en la actualidad del mercado laboral. Con una tasa de desempleo que se acerca al ideal, estimada en el 5,2%, la única traba que le queda a la Fed para tomar medidas con la tasa de interés es una inflación que no crece ni se acerca al 2%, meta habitual de los bancos centrales.
El dólar no ofreció, de todas formas, una reacción importante al comunicado. Creció, eso sí, ante las divisas principales, con acento especial ante el yen, que se acerca otra vez a sus mínimos de mediados de 2007. Frente al euro, ganó algunas posiciones, aunque sin cambiar tendencias de corto plazo, y directamente no pudo contra la libra esterlina, que a partir de diversos dato de Reino Unido parece ser la excepción en un contexto claramente favorable a la moneda norteamericana.
Pero el jueves es también un día importante: a las 8:30 del este se espera la publicación del PIB de segundo trimestre, en la primera de tres mediciones. Es, además, la que de alguna forma marca el camino, por lo que el impacto en los precios suele ser fuerte. Será mejor tomar precauciones a la hora de operar; si no lo ha hecho, deje pasar unos cuantos minutos hasta que las tendencias de corto plazo se estabilicen.
Como novedad, se conocerá por primera vez una variante de la balanza comercial. Aquella refleja la diferencia entre exportaciones e importaciones en general, en tanto el dato que se conocerá en la fecha alude solo a bienes. El dato no tiene antecedentes, por lo que se desconoce el impacto, aunque lo más probable es que reafirme un déficit de Estados Unidos en la materia, el cual, paradójicamente, crece cuando a la economía le va mejor.
También se conocerán las peticiones semanales de desempleo, dato que probablemente quede algo eclipsado por los informes antes mencionados.
Las notas del día, hasta el momento, las están dando el yen que, como queda dicho, retomó una tendencia bajista de largo plazo, frente a nuestras expectativas de recuperación para estos días, y el peso mexicano, cuyo nuevo mínimo histórico refleja no solo la dependencia que tiene la economía mexicana del precio del petróleo, sino también ciertos problemas macro que enfrenta el país en estos meses.
El oro, por su parte, pierde nuevamente posiciones, y técnicamente el gráfico de 4 horas presenta una figura de continuación de tendencia bajista, que puede llevar a su precio a la zona de 1040 dólares en poco tiempo. La figura quedaría sin efecto al quiebre de 1100 dólares por onza.