Las declaraciones de la líder británica Theresa May, en el sentido de que antes de marzo de 2017 comenzará el complejo proceso para separar a Reino Unido de la Unión Europea, impactaron de lleno en la libra esterlina en el inicio de la semana.
La moneda británica se acerca entonces a sus mínimos de 31 años que alcanzó a principio de julio, en 1,2795, en plena turbulencia provocada por el inesperado Brexit. Su tendencia de corto plazo sigue apuntando a la baja, de manera que dicho nivel aparece como un interesante soporte para colocar posiciones de compra.
El cruce GBP/USD dejó en la apertura de la sesión asiática un gap en 1,2971, unos 100 puntos por encima del nivel actual, que sirven como "norte" para dichas posiciones. Claro está, el gap del 27 de junio en 1,3645 sigue vigente, y creemos que, más allá de las circunstancias políticas reinantes en Gran Bretaña, antes de fin de año la libra se acercará, y probablemente superará dicho nivel.
El resto de las monedas principales, sin cambios, y sin movimientos importantes por delante. La semana ofrecerá algunos datos de interés, aunque no es el caso del lunes, y de allí es que esperamos una sesión americana tranquila, como suele suceder los lunes, y más aún en un comienzo de mes. El dato de empleos de Estados Unidos, previsto para el viernes, luce como el informe más importante de la semana.
El euro presenta, en el corto plazo, una ligera tendencia alcista, con un triángulo de continuación de la misma, que quedaría confirmado a la superación de 1,1265, en cuyo caso, 1,1305 será la resistencia a seguir. Los soportes, 1,1195, 1,1180 y 1,1160/5, muy cercanos uno del otro, lo que marca el estrecho rango de precios en que se mueve la moneda única.
En cuanto al yen, el informe Tankan de Japón no alcanzó a moverlo en forma sustentable, aunque para las próximas horas, el quiebre de 101 podría darle algo de fuerza, buscando 100,70 y 100,35, próximos soportes de importancia. Las resistencias, 101,70 y 102,00.