Tras validar piso en torno a los US$1.180 la onza, el metal precioso ha rebotado cerca de US$90, impulsado principalmente por cierre de posiciones cortas, por lo que la fuerte presión vendedora que ha afectado al metal amarillo sigue intacta mientras las cotizaciones del oro sigan operando bajo la resistencia de los US$1.350.
Una nueva caída del metal bajo el soporte de los US$1.180 podría presionar al oro en busca del próximo nivel de soporte en torno a los US$1.100.
Mantenemos nuestra visión bajista en el metal mientras siga cotizando bajo los US$1.350, por lo que cualquier rebote alcista es una oportunidad para tomar posiciones en corto en el metal.