La publicación del PIB revisado del primer trimestre, pero sobre todo la presentación de la presidente de la Fed, Janet Yellen, son las notas más relevantes del último día de la semana.
La medición del producto bruto interno podría ofrecer un incremento del 0,8% en el primer trimestre, un dato sensiblemente mejor que el de febrero pasado, aunque no alcanzaría para cambiar las tendencias de corto plazo en las divisas principales.
En cambio, el discurso de Yellen sí va a tener un alto impacto en el dólar. En las últimas semanas, de la mano de datos macro sólidos y de las declaraciones de diversos oficiales de la Fed, el dólar creció prácticamente sin pausas en todos los frentes.
La probabilidad de que el organismo aumente los tipos de interés en la reunión del 14 y 15 de junio es baja aún, pero aunque no ocurriera, el comunicado posterior dejaría las puertas abiertas a nuevas alzas para las reuniones posteriores. Los mercados especulan con que durante 2016 habrá al menos dos incrementos, que dejarían la tasa de los fondos de la Fed cerca del 1% al finalizar el año.
De allí es que lo que diga Yellen es importante; cualquier señal en contra de la corriente actual podría cambiar el panorama del dólar. La funcionaria suele mostrarse muy cauta en sus palabras, y no cambiará su tono en la presentación de la fecha.
En este contexto, el dólar sigue fuerte aunque un poco más calmo ante el euro, el yen y el dólar australiano. La divisa única no pudo el jueves con 1,1215, y en la sesión del viernes no muestra una tendencia clara. Sin embargo, el quiebre de 1,1150 podría retomar su camino bajista principal, con soportes en su caso en 1,1125, 1,1090 y 1,1070.
El yen se mantiene sin muchos cambios, debajo de 110 unidades, aunque la expectativa de los mercados habla de una fuerte devaluación próxima por parte del Banco de Japón. El comunicado del G7, que terminó su reunión precisamente en Japón en la víspera, fue claro en el sentido de que una volatilidad excesiva en el mercado de divisas no es bueno para la economía global. Las palabras parecen un guiño para que el BoJ intervenga en su reunión de junio próximo.
Las monedas vinculadas a las materias primas han perdido algo de terreno en las últimas horas. El petróleo se acerca a 50 dólares, aunque no ha podido superar esta barrera, y su retroceso fue seguido por bajas del dólar canadiense y el peso mexicano.
En tanto, una nueva y fuerte baja de la onza de oro, que llegó a 1212 dólares a primera hora del viernes, mantiene la presión sobre el dólar australiano, cuya baja obedece no solo a esta circunstancia, sino también a los recortes de tipos de interés por parte del Banco de Australia. Por ahora, el Aussie no da señales de cambio de tendencia a su favor.