Washington, 16 abr (EFE).- La comisaria europea de la Competencia, Margrethe Vestager, subrayó hoy en Washington que la acusación contra Google (NASDAQ:GOOGL) por abuso de dominio no tiene nada que ver con que sea una empresa estadounidense y recordó que la mayoría de las multas impuestas por el organismo recaen en compañías europeas.
"Es inevitable que los casos que involucran a Google, en Europa o en Estados Unidos, atraigan la atención de los medios, pero no permitiré que esto se convierta en una distracción. Nuestras acciones se basan exclusivamente en nuestras reglas y en las pruebas que tenemos", dijo la comisaria en una conferencia en el Instituto Peterson de Economía Internacional, en Washington.
"En todos nuestros casos, somos indiferentes a la nacionalidad de las compañías involucradas. Nuestra responsabilidad es garantizar que las compañías que operan en el territorio de la Unión Europea (UE) cumplen con nuestras reglas", añadió.
Vestager, en el cargo desde noviembre pasado, inició hoy su primera visita oficial a Estados Unidos después de anunciar ayer en Bruselas el envío a Google de un pliego de cargos con acusaciones formales por abuso de dominio.
"Es normal que las compañías tecnológicas de Estados Unidos, que son muy fuertes en el sector, se vean involucradas frecuentemente en nuestros casos. Y eso puede ocurrir en ambos lados. Una de las compañías que se quejó en el caso de 'Google search' es una compañía estadounidense", esgrimió la comisaria.
"Entre 2010 y 2014 tomamos 30 decisiones sobre 231 empresas y con un total de 8.900 millones de euros (unos 9.500 millones de dólares) en multas. De esas compañías, 190 eran europeas, con un total de 4.800 millones en multas mientras que solo 17 eran estadounidenses, con un total de 652 millones en multas", explicó.
El caso de la acusación contra Google ocupó cuatro de las siete páginas del discurso de Vestager en el Instituto Peterson, su primera alocución pública en Estados Unidos como comisaria europea de la Competencia.
Incluso en los comentarios iniciales sobre los objetivos de la Comisión Europea (CE) para los próximos cinco años, Vestager destacó que la aplicación de la ley de competencia de la UE no solo es buena para las empresas europeas sino también para las compañías extranjeras.
"De este modo saben que cuando hacen negocios en Europa están seguras y el juego es justo", dijo.
Horas antes, en un encuentro con periodistas por el caso de Google, Vestager defendió la "objetividad" de la acusación contra Google.
"Nuestra investigación se basa en cómo trabajamos, en hechos, es objetiva. Queremos asegurarnos de que la ley de la competencia europea se aplica para garantizar que los ciudadanos pueden elegir y que hay un entorno que favorece la innovación", explicó Vestager en una conferencia de prensa en la Delegación de la Unión Europea.
Vestager, que visitará Washington y Nueva York hasta el día 20, aclaró que en su agenda estadounidense no tiene previsto reunirse con representantes de Google.
La acusación formal de la CE llega cinco años después de que iniciara en 2010 una investigación para esclarecer si el modelo de negocio de Google podía suponer un abuso de su dominio y, en consecuencia, restringía la competencia en el sector de las búsquedas y la publicidad en línea.
El antecesor de Vestager, el español Joaquín Almunia, apostó durante su mandato por llegar a un acuerdo con Google que hiciera legalmente vinculantes los compromisos ofrecidos por la empresa para disipar las dudas de Bruselas.
Sin embargo, rechazó la última oferta hecha por Google ante la continuación de las quejas de sus competidores e instó a la empresa a remitir una nueva propuesta.
Google rechazó ayer por "falsas" las acusaciones de la Comisión Europea y defendió que su sistema operativo móvil, Android, ha incentivado la innovación y competencia en ese campo, ante la investigación paralela abierta en este sentido.
La empresa tendrá ahora la oportunidad de defenderse en un plazo de diez semanas e incluso puede solicitar una audiencia con los responsables de Competencia de la Comisión.
En última instancia, si la CE no ve satisfechas sus exigencias, podría imponer a Google una multa de hasta el 10 % de su facturación (unos 6.001 millones de dólares o 5.661 millones de euros), según sus cuentas de 2014.