Madrid, 17 abr (.).- El empresario Alberto Portuondo y el gestor de empresas familiares de la familia del exvicepresidente del Gobierno Rodrigo Rato Miguel Ángel Montero han rechazado que éste se beneficiara con la selección de empresas publicitarias en Bankia (BME:BKIA), ya que el pago de una comisión obedeció a otros motivos.
Ambos han declarado como acusados este miércoles en la Audiencia Provincial de Madrid en el juicio por el origen de la fortuna del exvicepresidente del Gobierno Rodrigo Rato, y han ratificado lo expuesto por éste, que siempre ha negado que interviniera y mucho menos recibiera compensación alguna por la elección de Publicis y Zenith para la campaña de marca de Bankia y su posterior salida a bolsa.
En su escrito de acusación, la Fiscalía indica que existen indicios racionales de que Rato cobró indebidamente comisiones procedentes de los contratos de publicidad que la entidad bancaria firmó con Publicis y Zenith, comisiones canalizadas a través de la sociedad Albisa, propiedad de Alberto Portuondo, que era asesor en Bankia.
Una parte de dichas comisiones, algo más de 800.000 euros, llegaron a Kradonara, considerada el epicentro societario de Rato, bajo el paraguas de un supuesto contrato de asesoría, sostiene Anticorrupción.
Una comisión que nada tiene que ver con Bankia
Portuondo ha relatado que a comienzos de 2010 inicia una relación profesional con Publicis, para referirse mutuamente clientes a cambio de una comisión del 30 % de los ingresos netos de la empresa que contratara, de donde surge la comisión objeto de la causa.
Él se incorporó como asesor externo a Caja Madrid a comienzos de 2010, cuando le proponen que presente una oferta para una auditoría de comunicación y marca instada por el área de presidencia.
Y ha enfatizado que no tuvo nunca relación con Rato, ni personal ni profesional, más allá de coincidir con él en una reunión en la entidad financiera "con muchas otras personas", en el verano de 2010, a la que el presidente de Caja Madrid acudió para "enterarse un poco".
Portuondo ha rechazado categóricamente que interviniera en la elección de Publicis y Zenith para la elaboración de las campañas de publicidad de marca y salida a bolsa de Bankia, pese a su relación previa con la primera, y supo de ello sólo después de que personas del banco le informaran de que se iba a invitar a esas dos empresas a participar en el proceso de selección.
Las decisiones en Bankia o en BFA "necesariamente tenían que pasar por los órganos correspondientes" de los que él no formaba parte porque era un mero asesor; sobre la elección de Publicis y Zenith, sólo ha revelado que "hubo consenso" para que fueran ellas las seleccionadas.
Las otras dos en liza, Shackelton y Remo, no contaban con la experiencia ni el tamaño necesario para una campaña de tal envergadura, ha resaltado.
Miguel Ángel Montero, por su parte, ha justificado los pagos entre Albisa y Kradonara por una deuda contraída por él con Rato, tras invertir el exvicepresidente en una inversión hotelera en Toledo que finalmente no fue tan rentable como esperaban.
Para hacer frente a la deuda contraída con Rato, Montero le ofreció el contrato que había suscrito con Albisa, empresa propiedad de Alberto Portuondo, y los pagos se hicieron a la sociedad Kradonara, de la que Montero ha asegurado desconocer su actividad y su operativa.
También ha negado haber realizado jamás trabajo alguno para Rato en particular, porque él trabajaba para las empresas familiares, pero en ningún caso para los hermanos Rato de forma individual; también ha negado que haya hecho alguna vez declaraciones de IRPF, de sociedades o de IVA para Rato.
Por esa razón se ha negado a contestar a las preguntas de la Fiscalía, que le atribuye delito fiscal, pero no le ha interrogado sobre esto "en los nueve años que ha durado la investigación".
Antes que Portuondo y Montero declaró la exsecretaria de Rato Teresa Arellano, que en varias ocasiones ha roto a llorar al recordar el registro de su domicilio o las dos noches que pasó en los calabozos de Tres Cantos en 2015, así como el hecho de que a partir de ese momento "acabó su vida personal y laboral".
Arellano ha relatado que su experiencia profesional como secretaria de dirección ha incluido la coordinación de equipos de publicidad y comunicación en distintas entidades, no sólo Bankia, si bien ha reiterado que nunca tuvo capacidad de decisión.