Barcelona, 13 mar (EFE).- El pleno del Parlament dictará este miércoles sentencia sobre unos presupuestos de la Generalitat que, por ahora, no disponen de mayoría suficiente para salir adelante, aunque el Govern de Pere Aragonès busca salvarlos con un pacto in extremis que sortee el escollo del proyecto del Hard Rock.
A las nueve de la mañana arrancará el debate de totalidad de los presupuestos, que de momento solo tienen garantizado el aval de los 33 diputados de PSC-Units y los 33 de ERC, de manera que al Govern faltan dos votos para la mayoría absoluta.
El resto de grupos -JxCat, Vox, la CUP, En Comú Podem, CS y el PPC- han presentado enmiendas a la totalidad, si bien el Govern aún aspira a convencer a los comunes para que cambien de opinión.
Sin embargo, el clima que se ha instalado en las últimas horas entre las partes negociadoras es de pesimismo, después de que ni la reunión entre el presidente de la Generalitat, Pere Aragonès, y la líder de En Comú Podem en el Parlament, Jéssica Albiach, ni los contactos más técnicos hayan servido para desbloquear el acuerdo.
El escollo principal, en este momento, es el proyecto recreativo y turístico del Hard Rock en el Camp de Tarragona: los comunes exigen a Aragonès que no firme la reforma del Plan Director Urbanístico que daría luz verde al "casino más grande de Europa", mientras que desde el Govern alegan que no tienen margen para vetar esta inversión.
Para sacar el Hard Rock del foco de negociación y buscar un acuerdo sobre otras cuestiones, el Govern ha puesto una última oferta sobre la mesa de los comunes, que implicaría, por ejemplo, aumentar hasta los 1.500 millones de euros el presupuesto de la conselleria de Educación durante cuatro años y reformar la ley de vivienda para introducir un régimen sancionador.
"Hasta las 16:30 horas aún hay tiempo"
No obstante, fuentes de los comunes consultadas por EFE insisten en exigir la renuncia al Hard Rock y admiten que será "difícil" llegar a un acuerdo en las horas que quedan, aunque no lo descartan: "Hasta las 16:00 horas hay tiempo", señalan, en alusión al horario estimado de votación de las enmiendas a la totalidad.
JxCat se ha ofrecido a pactar los presupuestos, pero exige como condición sine qua non que sean asumidas sus propuestas de rebajas fiscales, entre ellas la supresión del impuesto de sucesiones, algo que el Govern ve inaceptable, porque costaría en total unos 1.200 millones de euros a las arcas de la Generalitat.
En caso de alcanzarse un agónico acuerdo, las cuentas superarían el primer examen parlamentario y continuarían su tramitación, pero si prosperan las enmiendas a la totalidad se abrirá la incógnita de un posible adelanto electoral en Cataluña -Aragonès podría anticipar los comicios previstos para febrero de 2025- y los Presupuestos Generales del Estado también podrían correr peligro si ERC se niega a apoyar las cuentas del Gobierno de PSOE y Sumar.