Madrid, 8 feb (.).- El exdirector de Comunicación Externa de Bankia (BME:BKIA) Miguel Robledo ha rechazado este jueves en la Audiencia Provincial de Madrid que el presidente de la entidad, Rodrigo Rato, interviniera o diera indicación alguna sobre las empresas que debían llevar la publicidad de la extinta entidad.
Robledo ha declarado como testigo en el juicio sobre el origen de la fortuna de Rato, que entre otras cosas trata de aclarar si los contratos publicitarios de Bankia adjudicados a las agencias Zenith y Publicis durante el mandato de Rato se firmaron con la mediación de uno de sus presuntos testaferros, Alberto Portuondo.
El contrato se elevó a 13,6 millones de euros, de los cuales Portuondo recibió una comisión de dos millones de euros, de los cuales el testaferro habría abonado más de 835.024 euros a Kradonara, considerada el epicentro del entramado societario de Rato.
Robledo ha explicado que no conocía a Rato antes de incorporarse a Caja Madrid -que tras la fusión con otras seis cajas dio lugar a Bankia-, "más allá de algún encuentro irrelevante" mientras él trabajaba para las Cámaras de Comercio.
Tampoco ha mantenido después relación profesional alguna con el exvicepresidente del Gobierno, con el que no despachaba directamente sobre los asuntos de su competencia.
Únicamente, ha indicado, en alguno de los viajes que realizaba con Rato le comentaba de manera informal algunas cuestiones, que se tramitaban por los conductos "oficiales" del banco.
Robledo ha explicado que el hecho de que el contrato con Publicis y Zenith fuera de doce meses era lógico, ya que aunque lo normal era contratar a más largo plazo las prisas y los nervios que se vivían entonces en Bankia, inmerso en el proceso de fusión de siete cajas hacía imposible trabajar con plazos más largos.
Sí ha defendido la decisión de trabajar con Publicis y Zenith, dos de las compañías líderes en su sector, ya que Bankia iba a ser "el mayor banco de España por activos", más que Santander (BME:SAN), BBVA (BME:BBVA) o la Caixa, y "había que escoger a proveedores de primera línea, premium, no podíamos coger a cualquiera".
Ha recordado el interés de Bancaja de contratar con la agencia Remo, con la que la entidad valenciana había colaborado en el pasado, "era lógico que quisieran seguir con ellos".
No le consta, ha dicho, que se comentara en la entidad nada "sospechoso sobre la selección de dichas empresas", algo que "se hubiera sabido porque radio macuto funciona bien, y nos hubiéramos enterado".
Tampoco se habló entonces, ha relatado Robledo, sobre si el contrato era o no era muy caro; sí recuerda que la representante de la Caja de Ávila, una de las que formaron Bankia, sí alegó que le parecía caro, pero "le parecía caro todo, hasta el café en el bar de abajo".
Él no estuvo involucrado en el proceso de selección, ya que es el comité de medios el que recibe la propuesta para lanzar la marca y su área "no tenía nada que ver con publicidad, lo que hacía ese departamento me llegaba, lo de publicidad nos salpicaba a la comunicación externa, pero nada más".
Lo dicho por Robledo contradice lo expresado el pasado 12 de enero en la Audiencia por la que fuera directora de Comunicación de Bankia durante parte del mandato de Rodrigo Rato al frente de la entidad, Pilar Trucios, que atribuyo a este la decisión final sobre la contratación de las empresas encargadas de la publicidad de la salida a Bolsa.
Lo que sí ha remarcado Robledo es la insostenible situación de Trucios hasta que optó por dejar Bankia, una decisión que le relató "entre sollozos" y que a él le pareció lógica, ya que "le quedaba grande, le desbordaba, Bankia en aquel momento era como el Real Madrid jugando la Champions".