Madrid, 28 jun (.).- La agencia de calificación de riesgo Fitch considera que tras las elecciones del 26J la opción más probable es la de un Gobierno liderado por el PP, frente a una coalición de izquierdas encabezada por el PSOE.
En un informe en el que analiza el resultado electoral del 26J, la agencia considera que el resultado de las elecciones del domingo mantiene la incertidumbre política, pero ve menos probable que se repita un estancamiento de seis meses como el que siguió a las elecciones de diciembre.
Según Fitch, el aumento de voto obtenido por el PP le convierte en el partido mejor posicionado para liderar el próximo Gobierno ya "sea a través de una coalición o en minoría".
"Hay poco apetito popular para una nueva elección", afirma Fitch, aunque asegura que al no haber un claro ganador "se requerirán concesiones políticas para la formación de un nuevo Gobierno".
Para la agencia, la asignación de escaños y las diferencias entre los partidos nacionales y regionales hace difícil predecir la composición exacta del próximo Ejecutivo y resalta que la postura del PSOE va a ser determinante, ya sea para facilitar un Ejecutivo del PP o para formar una coalición de izquierdas.
No obstante, la agencia opina que una coalición de izquierdas en la que entrasen todos los partidos autonómicos y que obligara a los socialistas a hacer concesiones al independentismo catalán, "sería difícil de vender a un público que ha aumentado los votos al PP".
A su juicio, el resultado de estas elecciones ha bajado el riesgo de que el próximo Gobierno "vaya a depender de elementos políticos más radicales", lo que habría podido resultar en una reversión de las reformas estructurales anteriores o en una mayor desviación fiscal.
Además, cree que un PP más fuerte está en disposición de hacer menos concesiones políticas en áreas que este partido considera prioritarias, como la reforma del mercado laboral.
Fitch -que en su última revisión de enero mantuvo la nota española en un aprobado alto (BBB+) con perspectiva estable- destaca la resistencia de la economía española en un contexto de incertidumbre política, ya que en términos interanuales se está manteniendo el crecimiento de 2015 (3,2 %).
Sin embargo, alerta de que el alto nivel de confianza de los consumidores está reduciéndose, así como de los peligros que el "brexit" ha traído a los mercados financieros.
También subraya que una de las claves a la hora de calificar España es su alto nivel de endeudamiento público y avisa de que la evolución de las cuentas públicas en 2015 ha sido peor de lo esperado, al desviarse el déficit público casi en un punto respecto al objetivo comprometido con Bruselas (5,1 % del PIB frente al 4,2 %).
Esta circunstancia, unida a la revisión de los objetivos de déficit para 2016 y 2017 "podrían socavar la confianza en el esfuerzo de consolidación fiscal de España".