Lisboa, 25 oct (EFE).- El primer ministro de Portugal, Pedro Passos Coelho, dejó hoy duras críticas a los medios de comunicación lusos, a los que acusó de no valorar correctamente los avances económicos conseguidos.
"Llega a ser patético ver la dificultad que tienen personas que se dicen independientes -en referencia a periodistas y comentaristas- en asumir que se equivocaron, que fueron perezosos, que no estudiaron ni tampoco compararon", lanzó durante su intervención en unas jornadas parlamentarias organizadas por la alianza conservadora en el Gobierno.
Líder a su vez del Partido Social Demócrata (PSD, centro-derecha), Passos Coelho defendió la labor del Ejecutivo desde que llegara al poder, en 2011, especialmente en reducción del gasto público
"Aquellos que todos los días informan a los portugueses, les informan mal y no les dan a los ciudadanos un derecho que tienen, el de recibir información rigurosa", lamentó el primer ministro.
Passos Coelho consideró que la imagen que trasladan los medios de comunicación sobre la situación del país hace que parezca que Portugal "se encuentra como en 2011", cuando solicitó el rescate financiero de la UE y el Fondo Monetario Internacional.
Sin embargo, el máximo responsable del Ejecutivo conservador insistió en que desde entonces "se ha reducido el gasto público de forma sensible", y que si no se ha ido más allá fue por las dificultad de aprobar ajustes que contasen con el visto bueno del Tribunal Constitucional.
"Si no tuviésemos a nuestras espaldas la inmensa deuda, que no fue contraída por nosotros, hoy Portugal ya registraría por segundo año consecutivo un excedente presupuestario", aseguró Passos Coelho, quien destacó las señales de mejoría a nivel macroeconómico.
El primer ministro luso consideró que la propuesta de Presupuestos para 2015 presentada por el Ejecutivo es "coherente, responsable y esperanzadora", a pesar de no poder consagrar un alivio significativo de la presión fiscal como inicialmente pretendía.
Sobre la reforma de la Seguridad Social, Passos Coelho volvió a tender la mano al principal grupo de la oposición, el socialista, para negociar juntos la estrategia a seguir en el futuro con el objetivo de garantizar la sostenibilidad de las pensiones.