Madrid, 2 mar (.).- El 80 % de las empresas europeas de automoción es optimista respecto a la rentabilidad del negocio en el Viejo Continente en los próximos cinco años, gracias a la progresiva remisión de las consecuencias de la COVID-19 y de la crisis de los semiconductores.
Según la última encuesta "Global Automotive Executive Survey 2022", realizada por KPMG, los ejecutivos de la industria automovilística y de sectores adyacentes en Europa muestran cautela a corto plazo, y un 75 % cree que en 2023 su negocio se verá afectado por los tipos de interés, los precios de la energía y la inflación.
De acuerdo con los datos del informe, publicado este jueves, los encuestados esperan que las ventas de vehículos nuevos eléctricos, excluyendo híbridos, en Europa se sitúen en el 24 % hasta 2030, reduciéndose respecto a las previsiones de hace un año.
Por otra parte, seis de cada diez confían en que los precios de los vehículos eléctricos se equipararán a los de combustión interna antes del final de la década.
En todo caso, el 77 % prevé una amplia adopción del vehículo eléctrico sin apoyo gubernamental, lo que pone de manifiesto la confianza de fabricantes, distribuidores y comercializadores de contar con el apoyo del ecosistema que se está desarrollando a través de alianzas estratégicas.
En este despegue, los ejecutivos admiten que la distribución insuficiente e irregular de la infraestructura de carga puede ser un hándicap importante para soportar los objetivos de crecimiento fijados por Europa.
Sobre los nuevos modelos de negocio, tres de cada cuatro prevén que la mayoría de las compras de vehículos nuevos se completarán en línea para 2030.
No obstante, esperan que el porcentaje de vehículos nuevos vendidos directamente a los consumidores finales se reparta, a partes iguales, entre los fabricantes de automóviles, los concesionarios de automóviles y las plataformas digitales de venta al por menor.
En Europa, las decisiones de compra se verán principalmente influidas por el rendimiento de la conducción (73 %), las funciones de conectividad personalizadas (70 %), la oferta de una experiencia fluida (69 %), y la privacidad y seguridad de los datos (63 %).
En materia de suministros, para el 55 % de los directivos la volatilidad de los precios de las materias primas sigue siendo una gran preocupación.
Para hacerla frente, se muestran dispuestos a ejercer un mayor control sobre sus cadenas de suministro con estrategias como la mejora de su cobertura financiera, el aumento de sus inversiones directas en proveedores o nuevas "joint ventures", y de la acumulación de inventario o relocalización de la producción.
En el mismo sentido, las barreras comerciales en forma de aranceles o la creciente complejidad regulatoria son cuestiones que están afectando en las estrategias de aprovisionamiento del sector.
En cuanto a la escasez de mano de obra, el 42 % de los directivos europeos expresa su inquietud y preocupación en la encuesta, una percepción más moderada que en el conjunto global, donde alcanza el 50 %.