Argel, 15 sep (.).- Los sueldos medios de los argelinos han perdido la mitad de su valor desde 2011, debido a la inflación, la crisis por la pandemia y su frágil economía, según un estudio sobre la evolución de los precios y el coste de vida en la última década realizado por la asociación argelina de protección y orientación del consumidor (Apoce).
La caída del poder adquisitivo de los salarios comenzó a ser mucho más acusada en 2014, fecha en la que el desplome de los precios del petróleo y el gas se desplomaron asestando un golpe mortal a la economía argelia, dependiente de estas materias primas.
Ambas suponen más del 90 por ciento de las exportaciones nacionales en un país sin tejido industrial, con una agricultura en subdesarrollo, que se abastece gracias al comercio internacional.
A ello se suma un sistema de corte socialista en el que la mayor parte de los productos esenciales están subvencionados -incluida la vivienda- y en el que el primer empleador es el estado.
DETERIORO DEL PODER ADQUISITIVO
Según explicó a EFE el presidente de la Apoce, Mustapha Zebdi, este sistema ha mostrado todas sus grietas y parches con las crisis del coronavirus.
"Todo el mundo sabe que la pandemia ha traído inestabilidad en el mercado internacional y una perturbación en la bolsa internacional. Como Argelia es un país importador tanto de productos manufacturados como de materias primas, la variación de los precios y el aumento de los costes de transporte marítimo ha conducido a un incremento de los precios", argumenta Zebdi.
El experto opina, sin embargo, que la prioridad no debe ser, sin embargo, aumentar los salarios, pues contribuiría a elevar la inflación, ya de por si desbocada, y apuesta por la intervención del Estado para que haga una regulación responsable del mercado.
"Aumentar el salario sin regular el mercado nos llevará, sin duda, hacia la inflación, algo que no está en el interés del consumidor. La urgencia es la estabilización de los precios", reitera.
COCHES Y TOMATES, AL DOBLE QUE 2011
Según Apoce, el precio medio de los bienes de consumo básicos se ha duplicado en la última década. Pone como ejemplo las legumbres, que disparan cada año su precios incluso en verano, época en la que el consumo no es tan frecuente como en el del invierno.
Alzas similares en frutas y verduras, testigos de una subida récord de precios, pese a ser productos nacionales- y en la carne que han desatado la ira ciudadana en las redes sociales, donde se insta a la población a no comprar pollo para lograr que el precio baje de los 400 dinares el kilo (2,5 euros) que cuesta en la actualidad.
La mayor parte de los argelinos ni se plantean ya adquirir artículos devenidos en un lujo como los coches: uno de baja gama costaba 700.000 dinares (4.350 euros) en 2010; ahora su valor también es el doble.