Sao Paulo, 29 dic (.).- La Bolsa de Sao Paulo subió un 4,68 % en 2022 y el Ibovespa, su índice de referencia, terminó el año en los 109.734 puntos, un período marcado por la guerra en Ucrania, la inflación global y las elecciones presidenciales más polarizadas en la historia de Brasil.
En el mercado de divisas, el dólar estadounidense se depreció un 5,3 % frente al real brasileño en el 2022 y terminó el año negociado en 5,277 reales para la compra y a 5,278 para la venta, en el tipo de cambio comercial.
Este jueves, en su último día de negociaciones, antes del receso por las festividades de fin de año, la plaza paulista cayó un 0,57 % y el dólar se apreció un 0,47 %.
Pese a terminar en positivo, no fue un año fácil para el mayor mercado bursátil de América Latina.
El mundo apenas empezaba a recuperarse de los efectos de la covid cuando se dio la invasión rusa a Ucrania, lo que empeoró la situación del mercado internacional y elevó los precios en el planeta.
Brasil, por ser uno de los principales productores y exportadores de alimentos del mundo sintió el cimbronazo por las dificultades para importar fertilizantes necesarios para los cultivos -vendidos principalmente por los países en conflicto- y por los problemas de logística que afectaron el comercio internacional.
En abril la inflación alcanzó su nivel más alto en 18 años para un periodo de 12 meses (12,13 %), lo que obligó al Banco Central a subir aún más la tasa básica de interés que hoy se ubica en el 13,75 % anual, su mayor nivel en los últimos seis años.
Pese a los obstáculos la potencia suramericana comenzó el año como una de 'las más deseadas', especialmente por el mercado de materias primas, lo que generó una fuerte entrada de capital extranjero, pero el panorama cambió cuando la Reserva Federal de Estados Unidos (FED) empezó a aumentar la tasa de interés de la más fuerte economía mundial.
Tras cerrar el primer semestre en rojo, los temas internos comenzaron a tener prioridad en el mercado y, tras las elecciones presidenciales de octubre, en las que resultó electo el progresista Luiz Inácio Lula da Silva, el parqué entró en un período de volatilidad que se mantuvo hasta el último día del año.
Esto porque los inversionistas están temerosos por el efecto que la política económica de Lula tendrá en las cuentas públicas brasileñas, que ya enfrentan un abultado déficit.
La composición del equipo económico del Gobierno que arranca la otra semana, que tendrá a la cabeza a Fernando Haddad, ha sido uno de los temas que más han pesado en la bolsa paulista hasta este jueves.
El futuro de Petrobras (NYSE:PBR), la más grande y robusta compañía de Brasil, ha sido otro asunto espinoso en el parqué.
Controlada por el Estado y con acciones negociadas en las bolsas de Sao Paulo, Nueva York y Madrid, la petrolera es fuertemente cuestionada por Lula por la política de precios de los combustibles, la cual se rige por parámetros internacionales, y por los millonarios dividendos que ofrece a sus accionistas.
El líder progresista defiende que el beneficio del gigante petrolero sea invertido en nuevos proyectos y no distribuido entre los socios, lo que ha reducido el apetito por los títulos de la estatal.
Desde el 28 de octubre, en la última jornada de negociaciones antes de la segunda vuelta de las presidenciales, el parqué paulista acumuló una caída del 4,2 %.
En 2019, el primer año de Gobierno de Bolsonaro, que impuso una política económica de tinte liberal que agradó al mercado, la Bolsa de Sao Paulo registró una subida de 31,6 %.
El líder ultraderechista se despide en un año en que la subida se limitó al 4,68 %, tras haber cerrado en rojo en 2021 (-11,92 %) y registrado un leve avance en 2020 (+2,92 %), por los efectos causados por la pandemia de la covid-19.