Bruselas, 7 mar (.).- Los Estados miembros de la Unión Europea aprobaron hoy que el bloque comunitario se retire del Tratado de la Carta de la Energía (TCE), si bien la decisión final dependerá del Parlamento Europeo y, además, los países que lo deseen podrán permanecer en ese acuerdo postsoviético para proteger las inversiones energéticas.
Tras haber recibido el miércoles el visto bueno a nivel de los embajadores de los Veintisiete, la decisión fue adoptada a nivel ministerial, aprovechando un Consejo de titulares de Competencia de los países de la UE celebrado este jueves en Bruselas.
"La Unión se retirará del Tratado sobre la Carta de la Energía", señala el texto adoptado por el Consejo, institución que representa a los Estados miembros.
El Parlamento Europeo tendrá ahora que aceptar o rechazar la decisión, sin introducir modificaciones.
Más adelante el Consejo de la UE, que representa a los Estados miembros, cuenta también con aprobar, en un procedimiento al margen de la Eurocámara, que los países comunitarios que así lo deseen puedan optar por seguir formando parte del tratado, extremo que no gusta a la Comisión Europea.
Desfasado y polémico
El Tratado de la Carta de la Energía, firmado por 53 países y en vigor desde 1998, se diseñó para ofrecer garantías adicionales a los inversores tras la caída del bloque soviético.
Sin embargo, casi tres décadas después, muchos países de la UE entienden que ha quedado anticuado en virtud de los objetivos del Acuerdo de París de 2015 para reducir la emisión de gases de efecto invernadero y frenar el calentamiento climático y prefieren abandonar ese pacto multilateral antes que negociar su modernización.
Critican que el TCE proteja las inversiones en infraestructuras para combustibles fósiles y que la resolución de litigios se curse a través de tribunales privados de arbitraje, que en más de dos décadas han dado lugar a reclamaciones de unos 40.000 millones de euros.
Eslovenia y Luxemburgo han concluido su retirada, que será efectiva transcurrido un año de la notificación, y España, Francia o Países Bajos han iniciado los trámites para salir de un tratado que tampoco gusta ya a Alemania, Polonia, Dinamarca, Portugal, Austria o Bélgica.
La Comisión Europea, ya que representa a la UE en el acuerdo, había propuesto renegociarlo, pues los firmantes siguen sujetos a sus reglas hasta veinte años después de su retirada.
Pero ante la negativa de los Veintisiete, Bruselas retiró esa propuesta de modernización y formuló una nueva fórmula legal para que la UE saliera del pacto en bloque, que presentó a los Estados miembros el pasado 1 de marzo.
No obstante, tampoco es lo que quieren los Estados miembros, pues algunos países -como Chipre o Eslovaquia- quieren quedarse y otros -como Hungría, Finlandia, Rumanía o República Checa- se lo plantean.
Finalmente, la presidencia belga del Consejo de la UE, que representa a los Estados miembros, propuso a los embajadores de los Veintisiete este miércoles dos textos, uno para retirarse en bloque y otro para que los que lo desean puedan quedarse y negociar su modernización, extremo que ha generado "un poco de choque" con la Comisión, indicaron a EFE fuentes europeas.
La segunda parte del "paquete" legislativo relativa a la retirada no necesita el acuerdo del Parlamento Europeo y se prevé que los marcos legales tanto la retirada como la permanencia voluntaria queden aprobados definitivamente hacia mayo o junio, para que los países que deseen permanecer y negociar una modernización del Tratado de la Carta de la Energía puedan hacerlo.