MADRID (Reuters) - La aportación de las compañías participadas por Enagás (MC:ENAG) animaron al gestor de la red gasista española a revisar al alza su objetivo para el beneficio neto anual, neutralizando una operativa que sigue lastrada por los gastos de personal asociados a su expansión y a un entorno aún débil en la demanda de gas.
Enagás dijo el martes que esperaba que su beneficio neto anual crezca ahora alrededor del 1,5 por ciento en 2016 gracias a la aportación de compañías participadas en las que ha reforzado su posición, un porcentaje claramente superior al fijado en su actual plan estratégico y en sintonía con el de los nueve primeros meses del año.
"El crecimiento del beneficio después de impuestos al finalizar este ejercicio podría situarse en el entorno del 1,5 por ciento y por tanto por encima del 0,5 por ciento que teníamos como objetivo a principio de año", dijo su presidente Antonio Llardén en la teleconferencia con analistas.
En los primeros nueve meses, el neto alcanzó los 317,4 millones de euros, favorecido también por una menor carga impositiva tras la reforma fiscal.
Sin embargo, el Ebitda cayó entre enero y septiembre un 6,1 por ciento a 643,3 millones de euros, afectado por los gastos de explotación y también por unos menores ingresos (-2,3 por ciento a 900 millones) ante el descenso de la demanda de gas en el mercado nacional.
Los flojos datos operativos se reflejaban en las acciones de Enagás, que cotizaban rezagadas y subían un 0,6 por ciento en un mercado que avanzaba el 1 por ciento.
"Reiteramos que tanto Enagás como Red Eléctrica (MC:REE) se han beneficiado de un escenario de tipos ultrabajos que aparentemente podría estar llegando a su fin, al menos en términos de expectativas", dijeron analistas de Banc Sabadell (MC:SABE) en un informe para clientes.
En la teleconferencia Llardén destacó también que, al cierre de septiembre, Enagás ya había superado varias de las guías para el año en curso, como las inversiones o el coste medio de la deuda.
El gestor de la red gasista española cerró septiembre con unas inversiones de 598 millones de euros, por encima ya del objetivo anual de 465 millones, recayendo el 71 por ciento en el exterior, tras incrementar su participación en activos como el gasoducto peruano TgP o la chilena GNL Quintero.
Llardén no descartó nuevas adquisiciones y reconoció que el gasoducto hispano-argelino Medgaz, en el que la petrolera Cepsa habría puesto en venta su participación según la prensa española, era un activo interesante, siempre y cuando pasase por los filtros habituales de inversión de la compañía.
"Invertiremos en aquellos proyectos que encajen con nuestros criterios estratégicos, que aporten rentabilidades adecuadas y que generen valor a nuestros accionistas, lo que en estos momentos de mercado es bastante complicado", dijo.