Bruselas, 6 dic (.).- La Comisión Europea propuso este miércoles aplazar hasta 2027 la entrada en vigor de los aranceles a los vehículos eléctricos que se comercialicen entre la Unión Europea y el Reino Unido, ante la demanda de la industria automovilística, de Londres y de varios países comunitarios.
El acuerdo comercial que firmaron la UE y el Reino Unido tras el Brexit estableció que a partir del 1 de enero de 2024 se aplicaría un arancel del 10 % a la venta de vehículos eléctricos si el 45 % de sus componentes no provienen de ambas regiones.
Una medida pensada para incentivar, principalmente, a la industria europea de las baterías eléctricas, ya que actualmente, la mayoría que se utilizan en los vehículos sostenibles provienen de Asia.
La Asociación de Constructores de Automóviles ( ACEA (BIT:ACE)), sin embargo, calculó pérdidas de hasta 4.300 millones de euros si los aranceles hubiesen entrado en vigor el próximo 1 de enero y una caída de producción de unos 500.000 vehículos eléctricos en Europa.
Bruselas propuso hoy retrasarlos hasta 2027 y que no se puedan volver a aplazar hasta cinco años después.
La Comisión Europea también planteó un apoyo financiero de 3.000 millones de euros a la industria de las baterías europea entre 2024 y 2027, cuyos detalles aún tendrán que detallarse el próximo año.
"Esta propuesta equilibrada proporciona la previsibilidad y estabilidad que tanto necesitan los fabricantes de automóviles y baterías de la UE, en un momento de feroz presión competitiva global", dijo el vicepresidente de la Comisión Europea y responsable de Comercio, Valdis Dombrovskis.
No haber retrasado la entrada en vigor de los aranceles " habría ido en contra de nuestros intereses y habría impulsado aún más la competencia de los vehículos eléctricos fabricados en el extranjero, especialmente en China", añadió Dombrovskis.
La propuesta -que ahora tendrán que validar los gobierno europeos- coincide con la cumbre entre la UE y China que se celebrará en Pekín este jueves y viernes.
Una cumbre en la que Europa protestará por los subsidios públicos que recibe la industria automovilística china, ya que Bruselas considera que están perjudicando a la competitividad de los vehículos eléctricos europeos.
La Comisión Europea abrió de hecho una investigación en octubre para determinar si estos subsidios están causando pérdidas económicas a su industria.
En paralelo, Bruselas está negociando un acuerdo con Estados Unidos para que los comerciantes europeos puedan beneficiarse de las ayudas públicas que prevé la Ley de Reducción de la Inflación estadounidense.