Madrid, 3 nov (.).- Volvo (ST:VOLVb) Cars ha instado hoy a los líderes del mundo y a los proveedores energéticos a que aumenten de "forma significativa" las inversiones en energías limpias para que así los vehículos eléctricos puedan ofrecer "todo su potencial" desde el punto de vista climático.
Con motivo de la Cumbre Climática COP26 que se celebra en Glasgow (Reino Unido), hasta el 12 de noviembre, el fabricante sueco de automóviles asegura que las emisiones de C02 durante toda la vida útil de un eléctrico se pueden ahorrar si se fabrica y se recarga con fuentes de energía limpias.
Para ello se necesita la ayuda de los gobiernos y del sector energético, afirma la marca nórdica en una nota, en la que destaca que, si un conductor carga su Volvo C40 Recharge con energía limpia, como la energía eólica, la huella de CO2 del ciclo de vida completo de su vehículo se reduce a unas 27 toneladas, frente las 59 toneladas de Volvo XC40 con motor de combustión.
Si la carga se realiza con electricidad generada a través de combustibles fósiles (con una proporción del 60 %) el tonelaje correspondiente a todo el ciclo de vida del vehículo puede aumentar hasta las 50 toneladas, con lo que se reducen "considerablemente" las ventajas medioambientales en comparación con un coche de propulsión tradicional.
Otro dato que extrapola de su Informe de análisis de la vida útil (LCA) del Volvo C40 Recharge es que las emisiones de producción de un C40 Recharge son un 70 % más altas que las de un XC40 a gasolina.
Esto se debe, principalmente, al alto nivel de emisiones de carbono de los procesos de producción de las baterías y el acero, y a la mayor proporción de aluminio utilizado en el vehículo.
Por ello está adoptando medias, en colaboración con SSAB, para desarrollar acero sin combustibles fósiles y, con sus proveedores de baterías, para utilizar un 100 % de energías renovables en los procesos de fabricación de estas.
Entre 2018 y 2025, Volvo Cars quiere reducir un 40 % la huella de carbono del ciclo de vida por vehículo medio, lo que incluye recortar un 25 % las emisiones de carbono en la cadena de suministro antes de 2025.