Westpac, uno de los mayores bancos de Australia, sufrió el lunes, hacia las 21.00 hora local, una importante caída de su sistema en línea, que dejó a numerosos clientes sin poder acceder a los datos de sus cuentas o a la información de sus tarjetas. El incidente desató de inmediato la preocupación por posibles pirateos informáticos y por la seguridad de la información financiera.
La caída provocó una avalancha de más de 10.000 quejas en Down Detector, un sitio web que realiza un seguimiento de las caídas del sistema, y los clientes expresaron su frustración en las redes sociales. La gestión de la situación por parte del banco, en particular su estrategia de comunicación, fue objeto de duras críticas por parte de sus clientes. Los usuarios denunciaron no haber tenido acceso a sus fondos y exigieron a Westpac explicaciones claras y transparentes durante la interrupción del servicio.
En respuesta a la interrupción, Westpac se comunicó a través de las redes sociales para responder a las preocupaciones de los clientes. Sin embargo, los esfuerzos del banco se encontraron con un descontento generalizado, ya que los clientes esperaban una comunicación más rápida y detallada sobre la naturaleza del problema y el tiempo de resolución previsto.
Westpac aún no ha dado una explicación detallada de la causa del fallo del sistema. Los clientes siguen pidiendo garantías de que su seguridad financiera no se ha visto comprometida y reclaman mejores medidas para evitar futuros cortes. Se espera que el banco lleve a cabo una investigación exhaustiva del incidente e informe de las medidas que se tomarán para mejorar la fiabilidad del sistema y los protocolos de comunicación con los clientes.
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