Por Margarita Antidze y Hasmik Mkrtchyan
EREVÁN (Reuters) - Armenia conmemoró el viernes el centenario de una matanza masiva de sus ciudadanos a manos de turcos otomanos en una sencilla ceremonia con la presencia de varios líderes mundiales, después de que Alemania se convirtiera en el último país en acceder a las exigencias armenias de calificar al trágico hecho de genocidio.
Turquía niega que la matanza de cerca de 1,5 millones de armenios en 1915, en el punto álgido de la Primera Guerra Mundial, en lo que hoy es territorio turco, fuera un genocidio. Las relaciones con Armenia siguen tensas por la disputa.
El Parlamento de Alemania, el mayor socio comercial europeo de Turquía, se arriesgó a una ruptura diplomática con Ankara y a irritar a sus numerosos residentes turcos tras sumarse a muchos expertos occidentales y a decenas de países que usan el término.
Su resolución, apoyada de forma abrumadora, marca un significativo cambio de postura en un país que ha trabajado duro por saldar cuentas ante la matanza de seis millones de judíos en el Holocausto.
El presidente turco, Tayyip Erdogan, dijo el viernes que compartía el dolor de los armenios, pero en la víspera rechazó que la matanza hubiera sido un genocidio y no ha mostrado señales de que haya cambiado de parecer.
Los presidentes de Francia y Rusia, François Hollande y Vladimir Putin, fueron algunos de los invitados que colocaron un clavel amarillo en una corona de nomeolvides en un memorial en la cima de una colina junto a la capital del país, Ereván, y lideraron los llamamientos a la reconciliación.
"El reconocimiento del genocidio es un triunfo de la conciencia y la justicia humana sobre la intolerancia y el odio", afirmó el presidente armenio, Serzh Sarksyan, en un discurso bajo cielos grises, con muchos de los invitados cubiertos por abrigos y bufandas.
En unas palabras que fueron recibidas con un cálido aplauso, Hollande dijo que una ley aprobada por Francia en el 2001 que reconoce las muertes como genocidio fue "un acto de verdad".
"Francia lucha contra el revisionismo y la destrucción de pruebas, porque la negación supone repetir las masacres", dijo, al tiempo que describió su presencia como "una contribución a la reconciliación".
POLÉMICA CON PUTIN
Putin advirtió que el neofascismo y el nacionalismo están en alza en el mundo, la terminología que usa para referirse a los que considera elementos radicales en Ucrania, cuyas fuerzas combaten una rebelión de separatistas prorrusos en el este.
"Pero al recordar los hechos trágicos del pasado debemos ser optimistas sobre el futuro y creer en los ideales de la amistad (...) y el apoyo mutuo", señaló.
Putin sostuvo que Rusia cree que la matanza masiva no puede ser perdonada bajo ninguna circunstancia, ya que fue el inicio o parte clave para una serie de leyes internacionales, incluyendo la convención sobre prevención y castigo del genocidio.
Sus palabras generaron una dura respuesta de Turquía.
"Considerando las matanzas masivas, los exilios (...) por los que Rusia es responsable en el Cáucaso, Asia Central y el este de Europa durante el último siglo, creemos que él es el que mejor debe saber lo que es un genocidio y sus dimensiones legales", dijo un comunicado de la cancillería de Turquía.
Decenas de miles de armenios marcharon por la tarde por el centro de la capital con antorchas, velas y grandes banderas armenias, en una procesión en la que algunos manifestantes quemaron una gran bandera de Turquía.
"Nosotros recordamos a nuestros mártires. Recordamos todo. Pero este también es un mensaje para Turquía", dijo Ashot, de 22 años.
El Parlamento Europeo también llama genocidio a las matanzas de 1915, lo mismo que hizo el Papa Francisco este mes, provocando el llamado a consultas del enviado del Vaticano a Turquía y la retirada de su representante ante la Santa Sede.
Otros países, incluyendo a Estados Unidos, se han abstenido de calificar las matanzas de 2015 como un genocidio.