Por Gabrielle Tétrault-Farber y Emily Rose
5 mar (Reuters) - Multitudes de hombres corrían por las calles de Gaza, entre incendios y automóviles acribillados a balazos, con la esperanza de alcanzar un convoy de ayuda, arriesgando sus vidas para conseguir alimentos mientras la hambruna acecha cinco meses después del inicio de la campaña militar israelí.
El suministro de ayuda en el enclave palestino ha colapsado, solo llega una parte de los alimentos necesarios y muy pocos a las zonas del norte, donde, según los hospitales, los niños han empezado a morir de desnutrición.
La semana pasada, el Ministerio de Sanidad palestino de Gaza, gobernado por Hamás, dijo que las fuerzas israelíes habían matado a 118 personas que intentaban recibir ayuda de un convoy cerca de la ciudad de Gaza. Israel afirmó que la mayoría de los muertos fueron pisoteados o atropellados durante el pánico.
Las muertes centraron de nuevo la atención en lo que ha ido mal con la ayuda en Gaza, donde la ONU se queja de "obstáculos abrumadores", mientras que Israel dice que está haciendo todo lo que puede y que la ONU es responsable en última instancia de la entrega.
"¿Hay algún padre en el mundo que pueda ver a sus hijos retorciéndose de hambre frente a él y permanecer en silencio, aunque el precio sea arriesgar su vida?", dijo Ahmed al-Talbani, que buscaba ayuda en la ciudad de Gaza, en un vídeo obtenido por Reuters.
"Los camiones han aplastado a la gente, los tanques han aplastado a la gente, han llovido obuses sobre la gente, se han disparado ametralladoras sobre las cabezas de la gente. ¿Esto satisface a alguien?".
A pesar de que el hambre se acerca a niveles catastróficos en algunas partes de Gaza y de que grandes cantidades de ayuda esperan en los almacenes a ser entregadas, el flujo de suministros se ha ralentizado hasta ser apenas un goteo.
Antes del conflicto, Gaza contaba con la entrada diaria de 500 camiones. La Agencia Palestina para los Refugiados Palestinos (UNRWA) dijo el viernes que durante el mes de febrero pudieron entrar en Gaza una media de casi 97 camiones al día, frente a los cerca de 150 diarios de enero.
Un gran problema es la inseguridad dentro de Gaza, ya que cinco meses de guerra han destruido muchas de las instituciones que sustentaban el orden social en el enclave.
Algunos convoyes han sido secuestrados por personas que buscaban alimentos, y cualquier convoy que se dirija al norte de Gaza requiere la coordinación israelí para atravesar con seguridad los puestos de control y las zonas con combates.
La ONU se ha quejado repetidamente de la falta de acceso y afirma que Israel es responsable de facilitar la entrega de ayuda.
"Todo lo que pedimos es un paso seguro para poder entregar la ayuda", dijo Jenny Baez, oficial de respuesta de emergencia de UNRWA, la principal agencia de la ONU que trabaja en Gaza. Israel ha acusado a la UNRWA de complicidad en el ataque del 7 de octubre que desencadenó la guerra, algo que la agencia niega.
La policía palestina, que antes ayudaba a asegurar las rutas, ha dejado de hacerlo después de que los ataques israelíes mataron al menos a ocho de ellos, ha dicho la UNRWA.
(Mahmoud Issa en Gaza, Emily Rose en Jerusalén y Gabrielle Tetrault-Farber en Ginebra. Redacción de Angus McDowall. Edición en español de Javier López de Lérida)