MADRID (Reuters) - El presidente del Gobierno catalán en funciones, Artur Mas, dijo el martes que agotará plazos y esperará hasta el próximo lunes para convocar nuevas elecciones en Cataluña para no dar por perdida la posibilidad de pacto con los independentistas de izquierdas de la CUP, a los que sin embargo criticó duramente.
"Hasta el domingo hay tiempo para que haya investidura (...) Preferiría no tener que firmar el decreto y hemos hecho todo lo posible para evitarlo, pero la mitad de la CUP puede hacer que esto sea inevitable", dijo Mas en una rueda de prensa dos días después de que la CUP vetara su candidatura para liderar un nuevo Gobierno catalán.
Mas señaló que "por dignidad" no hará más ofertas para llegar a un acuerdo de investidura, por lo que es difícil que finalmente logre el respaldo de los anticapitalistas de la CUP, que han insistido en que sólo apoyarían a un candidato alternativo tras los comicios del pasado 27 de septiembre.
Si finalmente se convocan nuevas elecciones en Cataluña, serían las cuartas en menos de seis años, y Mas dijo que la fecha más probable de celebración sería el 6 de marzo, según la normativa electoral vigente.
La incapacidad para iniciar la legislatura con el Parlament salido de las urnas en septiembre, en las que las diversas fuerzas independentistas sumaron mayoría absoluta aunque sólo el 47 por ciento de los votos, supondría un golpe al desafío secesionista catalán planteado por Mas.
El presidente del Gobierno español en funciones, Mariano Rajoy, a quien el estancamiento político en Cataluña dificulta su propia estrategia negociadora para ser reelegido, dijo el martes que no veía otra salida que celebrar nuevos comicios en la región.
ERRORES DE LA CUP Y DE JXSÍ
En una muy esperada rueda de prensa desde el Palacio de la Generalitat en Barcelona, Mas dijo que los errores de la CUP habían sido "de proporciones gigantescas" y aseguró que el espíritu "hiperrevolucionario de la súperizquierda" no tenía ningún futuro teniendo 10 diputados en el Parlament.
Mas reconoció que su coalición soberanista Junts pel Sí (JxSí) -que sumó 62 diputados en una alianza integrada por Convergència Democràtica de Catalunya (CDC) y Esquerra Republicana de Catalunya (ERC)- también había cometido el error de confiar en "el sentido de país" de la CUP.
"Junts pel Sí se ha movido y mucho en todos los temas que son importantes, la CUP no se ha movido en el único tema que no es importante, el quién", dijo Mas, tras señalar que habían tenido "toda la paciencia del mundo" después de tres meses de intensas negociaciones.
El dirigente convergente destacó en varias ocasiones durante su comparecencia que la mitad de la CUP votó a favor de investirle en una asamblea celebrada a finales de diciembre, y consideró significativo el hecho de que su candidato, Antonio Baños, renunciara a su acta de diputado tras el rechazo a respaldar a Mas.
¿SUPERVIVENCIA DE JXSÍ?
Entre las incógnitas que quedan por despejar está saber si CDC y ERC volverían a presentarse en coalición en unas nuevas elecciones autonómicas después de ir por separado a las generales.
Mas ha respaldado la continuidad de la lista conjunta pero el líder republicano, Oriol Junqueras, aun no ha aclarado su postura al respecto.
Junqueras, que el lunes evitó apoyar a Mas expresamente pero que tampoco presionó por presentar a otro nombre para liderar el nuevo Gobierno, sí dijo el martes que en ERC eran leales y mantenían que el candidato era Mas.
"Quedan días. No sólo vale la pena seguir intentándolo. Tenemos la obligación de hacerlo", dijo en una entrevista en Cataluyna Radio.
Junqueras, que había sonado como posible nombre para sustituir a Mas al frente del Gobierno, insistió en la necesidad de negociar y dijo que para conseguir el objetivo de un país independiente se debía hacer un proceso constituyente con mayorías amplias.
"La transversalidad nos hace fuertes. La mayoría no se construye expulsando los actores políticos o sociales de la negociación", dijo.