Planes de pensiones: Qué son, ventajas y cómo funcionan

Todos sabemos la importancia que tiene el poder ahorrar para cuando nos jubilemos, ya que para muchas personas la pensión pública que recibirán será baja e insuficiente. De ahí que surja como una necesidad el poder buscar medios alternativos de ahorro privado que mañana nos sirva para complementar la cuantía económica que recibiremos con la pensión del Estado.

Alternativas hay muchas, tales como unit linked, fondos de inversión, cartera de acciones, planes de previsión asegurados, ETFs, rentas vitalicias, hipoteca inversa, planes ahorro 5, Pias.

Y en esas alternativas tenemos también los planes de pensiones.

¿Qué es un plan de pensiones? Un plan de pensiones es un producto de ahorro a largo plazo cuyo objetivo es generar un capital de cara a la jubilación y llegado el momento se puede rescatar de golpe (en forma de capital) o bien periódicamente (en forma de renta).

Además, ofrece un ahorro fiscal cada año en función de cuales sean tus ingresos, permitiendo una reducción de tu base imponible general del IRPF. Por tanto, si lo que quieres es un plan de ahorro a largo plazo, merece la pena un plan de pensiones.

Un plan de pensiones indexado es una variación u otro tipo de plan de pensiones. En este caso, su funcionamiento es igual a uno normal pero se diferencia en que invierte en fondos índice y ETF´s de bajo coste, de tal forma que las comisiones a pagar por dicho plan son inferiores a un plan de pensiones tradicional.

El 95% de fondos gestionados por las grandes gestoras y bancos, no son capaces de batir a su índice de referencia a final de año. Es por ello que cobra relevancia los planes de pensiones indexados, que suelen dar más rentabilidad y con menos gastos.

Los planes de pensiones de empleo son otro tipo de plan de pensiones que son promovidos por la empresa, y no por el trabajador, como ocurre con los planes de pensiones convencionales.

Actúan como un medio de ahorro colectivo a sus trabajadores, pero las propias empresas derivan el servicio a una gestora profesional.

Las aportaciones pueden realizarlas tanto la propia empresa como el empleado, pero sin superar el máximo de los 8.000 euros anuales.

Por supuesto, el trabajador no está obligado a participar en este producto colectivo.  

Generalmente, la mayoría de estos planes de empleo invierten en renta fija y suelen ser conservadores.

La empresa y el trabajador pueden deducirse las aportaciones realizadas al plan. Para la empresa son deducibles en el Impuesto de Sociedades, para el trabajador, en la declaración de la renta reduciendo la base imponible del IRPF. Una vez rescatado el plan, hay que pagar impuestos por el capital aportado y por los intereses generados.

Podemos enumerar una serie de ventajas en los planes de pensiones convencionales:

1. Permite ahorrar para la jubilación con aportaciones anuales.
2. Beneficio fiscal en la declaración de la renta
3. Rentabilidad a largo plazo
4. Amplia variedad de oferta y de productos.
5. Están perfectamente regulados y protegidos legalmente.

El funcionamiento de un plan de pensiones es algo sencillo y no se requiere grandes conocimientos financieros para entenderlo o llevarlo a cabo. Una explicación breve y concisa sobre el funcionamiento de un plan de pensiones, sería que el inversor va realizando aportaciones periódicas al plan de pensiones y el gestor se encarga de invertir dicho capital en los diferentes mercados.

No se está obligado a realizar aportaciones, por lo que se pueden paralizar y volver a activar más adelante.

Si se tiene un cónyuge que no tenga rendimientos del trabajo o que sea inferior a 8.000 euros anuales, se podrán aportar al plan del cónyuge un máximo de 1.000 euros anuales.

Las personas con una minusvalía física o psíquica igual o superior al 65 %, el límite máximo anual de las aportaciones se incrementa hasta los 24.250 euros y las aportaciones realizadas a su favor por terceras personas no podrán exceder los 10.000 euros anuales.

Cuando se produce el rescate, el inversor recibe todo el capital que ha ido aportando más los intereses.

Existen diversos tipos de planes de pensiones entre los cuales destacan los siguientes:

• Planes de pensiones de empleo: la empresa promueve el plan y destina una parte de la remuneración salarial como aportaciones al plan. Este dinero no se puede mover mientras exista relación laboral con la empresa.
• Plan de pensiones individual: el ahorrador directamente contrata el plan con su banco.
• Planes de pensiones de renta fija: invierten el capital en activos a corto o largo plazo como Letras del Tesoro, bonos y obligaciones. El riesgo de la inversión es más bajo, pero también lo es la rentabilidad.
• Planes de pensiones de renta variable: invierte en productos de renta variable como acciones. Ofrecen la posibilidad de obtener una rentabilidad mayor que los planes de pensiones de renta fija, pero también se exponen a un mayor riesgo y pérdidas.
• Planes de pensiones mixtos: mezcla la inversión en renta fija y renta variable.
• Planes de pensiones garantizados: garantizan total o parcialmente el capital que se va aportando y remunera con una rentabilidad fijada previamente siempre que no se retire el dinero antes del vencimiento.

Hay 2 cuestiones importantes a tener en consideración para entender bien cómo calcular un plan de pensiones:

1. La base reguladora: las últimas 288 bases de cotización se dividen entre el divisor correspondiente al año en cuestión y así obtenemos la base reguladora o cantidad máxima de dinero que se puede recibir.
2. El número de años cotizados a la Seguridad Social: en función del número de años que se ha cotizado, tendremos un porcentaje diferente de la base reguladora. El objetivo es que se tenga derecho a una pensión equivalente al máximo de la base reguladora en 36 años. Quienes aplazan su jubilación para seguir trabajando tienen unas  bonificaciones,

Para tener derecho a cobrar el 100% de la pensión se pasará de los 35 años a los 38,5 años (en el 2027).

Ya no se usan los 15 últimos años cotizados para calcular la pensión, ahora son los últimos 25 años y la finalidad es que sean los últimos 35.

Para tener derecho a una pensión se tiene que haber cotizado un mínimo de 15 años. Si es inferior, se recibirá una pensión no contributiva.

Las cantidades aportadas se desgravan en el IRPF por lo que luego pagas menos impuestos cuando presentas la declaración de la renta.

En 2023 para declarar un plan de pensiones se deberá hacer a través del nuevo modelo 345, un documento para justificar las aportaciones que hacen los ciudadanos a planes de pensiones.

Este modelo 345 estará exclusivamente en formato electrónico y solo se podrá presentar de forma online. Se puede acceder con el certificado electrónico y te enviará una contraseña a través de un SMS si tienes registrado tu número de teléfono tras incluir tu DNI y la fecha de validez. El plazo de presentación es del 1 al 31 de enero de cada año.

Una de las desventajas de los planes de pensiones es la limitación a las aportaciones anuales que se pueden hacer. En 2020, la aportación máxima para los planes de pensiones eran 8.000 euros luego se bajó a 6.000 euros y a 2000 euros en 2021. En 2022 se bajó a 1.500 euros o el 30%  de la base imponible que se declara en el IRPF del ejercicio anterior.

El límite de las aportaciones a favor del cónyuge también sufrió una variación en 2020, desde los 2.500 euros anuales a los 1.000 actuales.

En el caso de personas con una minusvalía física superior al 65% o al 33% en el caso de discapacidad psíquica, las aportaciones máximas se elevan hasta los 24.250 euros anuales. 

Los progenitores o tutores de la persona con discapacidad podrán aportar anualmente hasta 10.000 euros a su plan de pensiones, sin superar el límite conjunto de los 24.250 euros anuales.