Qué es cotizar en Bolsa y qué implica para las empresas

La Bolsa es un mercado financiero en el que tiene lugar la compraventa de acciones y otros activos financieros. ¿Qué es cotizar? Cuando una compañía sale a Bolsa a través de una OPV (Oferta Pública de Venta), días antes debe hacer público un rango de precios orientativo y en la víspera concretar el precio de salida. Este precio (llamado cotización) irá variando durante la sesión bursátil en base a la oferta y la demanda.

Por tanto, la Bolsa es el lugar  al que acuden muchas empresas que buscan financiación para afrontar proyectos y lograr sus objetivos. Al mismo tiempo, es el lugar ideal para que muchos inversores encuentren rentabilidad para su dinero.

La Bolsa presenta una serie de ventajas:

1. Se puede disponer del capital cuando se quiera cerrar la operación y reembolsar el dinero. Esto es debido a su liquidez.
2. Las empresas cotizadas han de cumplir una serie de requisitos para ofrecer garantías al inversor.
3. La transparencia es máxima, ya que se sabe en todo momento la cotización de cada empresa.
4. No se requiere mucho dinero, basta con comprar una acción de una compañía, o incluso una acción fraccionada (una parte de una acción).
5. Potencialmente es el mejor lugar para buscar una buena rentabilidad del capital (aunque no está exenta ni mucho menos de riesgo).
6. Se puede tener una cartera bien diversificada (por sectores y por zonas geográficas).

Cotizar en Bolsa implica que un activo financiero esté admitido a negociación en un mercado bursátil, es decir, que los inversores puedan negociar con él. 

Por tanto, una empresa cotiza en Bolsa cuando una parte de sus acciones se comercializan en un mercado bursátil en el cuál están admitidas. Una empresa puede cotizar en más de una Bolsa y significa que sus acciones están admitidas a negociación de manera oficial en varias bolsas.. 

Desde el punto de vista del inversor, si piensan que una acción va a subir en bolsa comprarán acciones y, por lo tanto, la demanda subirá, provocando a su vez, una subida en el precio del activo.

Cotizar en Bolsa se identifica en el mercado como una garantía de solvencia, transparencia y prestigio, ya que ésta debe demostrar su capacidad de generación de beneficios en los últimos períodos. De esta manera, el mercado proporciona una publicidad que potencia el prestigio y la imagen de marca de la empresa. 

Los motivos por los que las empresas cotizan en Bolsa son: 

• Mejora en la capacidad de obtención de financiación y reducción del coste de la misma. El principal motivo para acudir al mercado de valores es obtener financiamiento bursátil y obtener recursos para fines estratégicos sin aumentar endeudamiento y sin necesidad de que los accionistas originales usen recursos propios para inyectar capital a la compañía.
• Mayor reconocimiento de marca y prestigio. Las empresas cotizadas tienen un prestigio e imagen de marca que le otorga, de forma indirecta, la Bolsa. Se vuelven más atractivas tanto a nivel nacional como internacional, ya que su gestión es institucional y proporcionan información al público, lo que genera credibilidad y valor ante inversores extranjeros.
• Liquidez para los accionistas.

Aun así, hay empresas que deciden no salir a bolsa, por ejemplo porque los propietarios controlan la gran parte de las acciones y por lo tanto, realizan una gestión total sobre sus activos. Por norma general se trata de compañías que comenzaron desde el núcleo familiar, las cuales han ido creciendo sin ninguna inversión por parte de personas ajenas.

Para que una empresa pueda cotizar en Bolsa ha de cumplir una serie de requisitos:

• Es necesario que se trate de una sociedad anónima que esté inscrita en el Registro de Valores.
• Hay que realizar una petición formal de admisión ante las sociedades rectoras de las bolsas en las que exista interés por formar parte.
• La compañía debe superar un proceso de análisis y verificación por parte de la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV), que impone el cumplimiento de ciertos requerimientos.
• Es necesario entregar una serie de documentos acreditativos, como son los estatutos de la empresa, los acuerdos sociales de emisión, una auditoría de cuentas y un folleto informativo sobre la operación.
• Ha de tener un capital mínimo de 1.200.000 euros.
• Es obligatorio que ese capital esté repartido entre al menos 100 accionistas, pero ninguno de ellos puede tener participaciones que superen el 25% del capital social.
• Los beneficios de los dos últimos años deben permitir repartir un dividendo del 6% respecto del capital sufragado.

En España existen cuatro Bolsas de valores, que son los mercados secundarios oficiales: la Bolsa de Madrid, la Bolsa de Barcelona, la Bolsa de Bilbao y la Bolsa de Valencia. Las cuatro Bolsas están integradas bajo la sociedad tenedora de Bolsas y Mercados Españoles (BME) desde 2002. 

Las Bolsas de valores de España se enlazan a través del Sistema de Interconexión Bursátil Español (SIBE), donde se integra el cálculo del mayor referente bursátil del país, el Ibex 35, que reúne las treinta y cinco cotizadas más grandes por capitalización del mercado español. 

El sistema electrónico SIBE entró en funcionamiento en septiembre de 1995. SIBE permite a las empresas cotizar y negociar sus acciones en las cuatro bolsas de manera automática y continua durante las sesiones diarias del mercado, lo que se denomina Mercado Continuo. 

También está el MAB, o Mercado Alternativo Bursátil, un mercado supervisado por la Comisión Nacional del Mercado de Valores en el que pueden cotizar, entre otras, las pymes, las socimis, las empresas de capital riesgo y las sicavs. Está orientado a empresas cuya capitalización es reducida y que buscan expandirse. Dependiendo de en qué mercado se cotice, se puede hablar de blue chips o de chicharros. Blue chips son empresas grandes con mucha liquidez y cotizan en el Ibex 35. Los chicharros son empresas pequeñas, con muy poca liquidez y excesiva volatilidad y especulación.