El 'oráculo de Omaha' se ha referido así a la capacidad de muchos inversores particulares de realizar operaciones desde sus domicilios, lo que, en su opinión, está acentuando el comportamiento de los mercados como si fueran juegos de azar.
"Aunque el mercado de valores es muchísimo más grande que en nuestros primeros años, los participantes activos de hoy no son más estables emocionalmente ni reciben mejor educación que cuando yo estaba en la escuela", ha añadido.