Recientemente Cristóbal Montoro definió el nuevo límite de desfase presupuestario, menos exigente que el año anterior. En él se produjo un 7% de déficit superior al inicialmente previsto para este año del 6,5%, el cual se desglosa en un 3,8% para la administración central, 1,3% para las comunidades autónomas y 1,4% para la seguridad social.
Según el informe publicado por Hacienda, el déficit del Estado ya alcanza los 40.000 millones, es decir el 3,8% inicialmente establecido como máximo, encontrándonos a mitad de año.
El año anterior por estas fechas, el déficit de la administración central se situaba en 4,15%, por encima del objetivo en 0,65%, el cual logró mantenerse en dicho nivel gracias a los ajustes de subida de impuestos y recortes.
En este ejercicio se pretende conseguir los mismos resultados, mantener fijo el desfase a base de subidas de impuestos y otras medidas, generalmente serán las subidas de impuestos especiales que afectan a alcohol y tabaco y reducciones de deducciones en el impuesto de sociedades, dichos ajustes proporcionaran al gobierno 1.000 millones de euros.
Además, se confía desde el Gobierno en que la mejora de la actividad económica ayude a no incrementar el desfase presupuestario. Los datos a los que se agarra en Ejecutivo para afirmar una mejora de la actividad económica son básicamente el aumento de la recaudación de impuestos en un 4,7% más que en 2012 y la contracción del PIB en 0,1% entre abril y junio, nivel inferior con respecto al anterior año.
No es menos cierto que los ingresos de la administración correspondientes al primer semestre, los cuales alcanzan los 37.294 millones de euros, 1668 millones superior con respecto al mismo periodo del año anterior, se deben a las subidas de impuestos y no a una mejora de la actividad económica.