Seguramente has escuchado desde hace algún tiempo la palabra Algoritmo, también referida a ella el diminutivo ALGO, como la última panacea en el mundo bursátil para hacerte rico de la noche a la mañana especulando en criptomonedas, Forex o cualquier instrumento hiperapalancado mientras haces la siesta vespertina. Mucho se ha dicho, pero poco se sabe sobre el trasfondo de una nueva moda que, de alguna manera, sigue siendo lo mismo de siempre, pero con nuevos recursos tecnológicos para cazar incautos.
Utilicemos cTrader, uno de los programas más completos utilizados en el trading profesional para operar de forma manual o programar Algoritmos automatizados de trading. Los algoritmos son tan antiguos como la informática misma. Cuando el hombre comenzó a hilar circuitos electrónicos capaces de reproducir una instrucción lógica básica bajo los preceptos de Alan Turing, surgieron los algoritmos. Líneas de comandos escritos en lenguaje de programación, capaces de tomar decisiones sencillas en un principio, complejas más adelante, han ido poco a poco minando nuestro día a día, nuestra forma de vivir la vida, tomar decisiones, elegir una carrera, un oficio, conocer el amor de nuestras vidas o ganar dinero para vivir. La informática lo ha abarcado todo en la vida del hombre y no existe un área del desarrollo humano donde la computación se encuentre ausente. Incluso el arte, ese espacio de creatividad infinita relegado solo al alcance de unos pocos superdotados, es hoy terreno fértil para las nuevas tecnologías.
Así pues llegamos a lo que nos compete, el trading. Desde que la computación y el internet democratizaron el acceso a los mercados bursátiles y extra bursátiles, la industria ha dado un vuelco sustancial. La velocidad con la que se ejecutan las operaciones, el acceso a la información, la volatilidad de las noticias y la velocidad con las que viajan a lo largo del globo terráqueo han hecho del trading un negocio global, sin fronteras, sin berreras, pero más difícil de conquistar. Para muestra la reciente turbulencia producida por el coronavirus en la economía china y americana, provocando caídas en uno de los momentos de mayor entusiasmo económico global, son una pequeña demostración del potencial de la información globalizada y la automatización del capitalismo mundial al momento de difundir catalizadores positivos o negativos en la percepción de los traders.
Sin embargo, para no desviarnos más del tema, cada día son mayores los sitios online que ofrecen a los nuevos traders paquetes de algoritmos capaces de descifrar el mercado y engullirte en una espiral de operaciones positivas de alta frecuencia capaces de elevar exponencialmente las ganancias del portafolio, con un desempeño positivo y pérdidas mínimas si las hubiere. De buenas a primeras, algo que ya hemos escuchado antes. Pero ante todo debemos preguntarnos ¿qué son los Algoritmos y cómo funcionan?
Un algoritmo, en términos de trading, no es más que un programa computarizado capaz de determinar condiciones de mercado, generalmente basándose en análisis técnico o indicadores estadísticos, detectar señales de entrada, gestionar operaciones y liquidar posiciones; todo esto sin la intervención del ser humano.
¿Pueden los Algoritmos ser consistentes y tener una expectativa ganadora para un portafolio? Sí.
Los Algoritmos básicamente lo que hacen es optimizar cualquier sistema de trading mediante la eliminación del factor emocional y el error humano. La mayoría de los traders pierden dinero porque nuestros propios errores nos llevan a perder dinero, errores psicológicos, emocionales, o sistemáticos. De cualquier manera, eliminar el factor humano del trading no es más que quitar de la ecuación uno de los elementos que nos llevan a perder dinero: las fallas emocionales y los traumas psicológicos.
Otra de las claves del éxito de los ALGOs es la disciplina. Uno de los pilares fundamentales del buen trading es la disciplina para ejecutar una estrategia de inversión de forma correcta y eficiente, sin inventar señales inexistentes ni obviar las evidentes. El trading sistemático depende mucho de la disciplina la cual muchas veces está ausente en la psique de los traders. El trading automatizado a través de algoritmos no tiene lugar a errores, ejecuta las órdenes cuando se cumplen las condiciones a rajatabla, sin medias tintas y sin dudar.
Es por esto por lo que muchos traders, sobre todos los principiantes, inexpertos o los que tienen profundas heridas emocionales por pérdidas consecutivas ven en los algoritmos un posible Santo Grial capaz de llevarlos a la tierra prometida sobre los hombros del código binario. Sin embargo, la Espada de Damocles o Talón de Aquiles de estas nuevas maravillas del mundo bursátil son las mismas que cualquier inversionista discrecional o manual puede tener: las rachas perdedoras o Drawdowns.
Normalmente cuando un Algoritmo se enfrenta a un Drawdown, automáticamente se debería detener. Si no se detiene, incurrirá en RoR (Risk of Ruin). Estos conceptos de Gestión de Riesgo deben estar programados en el Algoritmo y deben ser igual de estrictos que las claves del sistema de inversión que emulan. Muchas veces estos Algoritmos se limitan a la parte técnica y obvian la gestión de riesgo, quedando a expensas de las malas rachas que SIEMPRE VAN A OCURRIR NO IMPORTA EN QUÉ TIMEFRAME OPERES, EN QUÉ TE BASES PARA OPERAR O CON QUÉ MERCADOS ESPECULES. Uno de los grandes problemas de los ALGOs es el Síndrome ON/OFF. Por más descorazonado que sea un ALGO, siempre es un ser humano quien lo enciende o lo apaga. Si estamos en una racha de pérdidas, el trader probablemente comience a desconfiar del Algoritmo y deje de usarlo, cambiando la estrategia comienzan los problemas de consistencia y se prolonga la espiral mortal que lleva a muchos a abandonar el Trading. Ese factor emocional que falta en el Trading con ALGOs es también muchas veces la causa de su fin, ya que al no tener la entereza que da la experiencia, el trader se perturba demasiado con los malos resultados y podría tomar decisiones que afecten de manera negativa su operativa y el desempeño del Algoritmo, por muy bien diseñado que este sea.