Comienza en la fecha la reunión de política monetaria de la Reserva Federal, que culmina el jueves, momento en el que anunciará si incrementa o no su tasa de interés.
En este contexto, las divisas principales se mueven con mucha tranquilidad, sin cambios de tendencia importantes. Es sabido que un aumento de tipos de interés generará una aceleración del dólar en todos los frentes; de lo contrario, la moneda norteamericana podría retroceder en forma moderada.
El dato de inflación minorista de Estados Unidos, que se conocerá en la fecha a las 8:30 del este, no hará más que reforzar los argumentos de quienes creen que un movimiento de tasa no es oportuno: la meta del 2% de inflación anual que tiene la Fed está muy lejos de cumplirse, y es sabido que cualquier banco central toma en cuenta dicha variable para mover los tipos de interés.
Tampoco influyen a favor de cambio alguno las enormes turbulencias que presentan la mayoría de los mercados financieros en estos días, consecuencia directa de la especie de explosión bursátil en China. Esta fue seguida de una devaluación del yuan y de sucesivos recortes de tipos de interés por parte del Banco Popular de China. La presunción de que la segunda economía del mundo está en gruesos problemas hace pensar que los riesgos inflacionarios están lejos.
Promediando la sesión europea del miércoles, las divisas principales ofrecen poco movimiento, aunque también muestran un comportamiento dispar ante el dólar. Mientras el euro se acerca a la línea de tendencia alcista principal que pasa por 1,1180, que no creemos vulnerable en las próximas horas, y el yen cae, producto del buen día que tuvo la bolsa de China, la libra Esterlina se fortalece, luego de que la tasa de desempleo cayera en forma inesperada en agosto. La perspectiva de corto plazo de la divisa británica, sin embargo, es bajista, al igual que la del euro y el yen. Este último tiene su próximo objetivo bajista en 121,05.