La llamada cuarta revolución industrial, que es consecuencia de la irrupción de nuevas tecnologías como la robotización, internet, Big Data, drones y la impresión digital, entre otros, ya está empezando a impactar en el mundo del trabajo. De acuerdo con un estudio del MIT, un robot sustituye de media seis puestos de trabajo y, además, promueve que los salarios bajen un 25%.
Pero no hay que resignarse a ver cómo los robots destruyen cada día más y más puestos de trabajo. Necesitamos paradigmas diferentes, repartir mejor el trabajo actual, dotar con más recursos humanos los servicios a las personas y crear empleos que ahora no existen.