El mercado del crédito inmobiliario por fin da pasos hacia la mejora; la morosidad hipotecaria ha caído por debajo de 10% por primera vez desde el inicio de la crisis. Las amortizaciones se han estabilizado en niveles anteriores a 2008 en la mayoría de las categorías de préstamos y es probable que se mantengan estables a largo plazo
El crédito al consumo vuelve a estar a pleno rendimiento y la mayor solidez financiera de las familias anima a los prestamistas a flexibilizar las condiciones crediticias. La política fiscal del 1T13 provocó un ligero repunte de la relación deuda-ingreso, mientras que las obligaciones del alquiler siguen constituyendo una proporción cada vez mayor de las finanzas de los hogares
Desglose de los datos recientes
Las condiciones crediticias parecen favorables en 2013, incluso para el sector inmobiliario. La morosidad de los créditos residenciales cayó a 9.7%, situándose por debajo de 10% por primera vez desde mediados de 2009. Las tasas de morosidad del crédito al consumo y del crédito inmobiliario no residencial se han recuperado totalmente desde la crisis, mientras que la calidad de los activos C+I está aún en mejor forma que a mediados de la década de 2000. En lo que respecta al consumo, las perspectivas son también un poco más halagüeñas; la mejora de los activos inmobiliarios aumenta el bienestar financiero y repercute positivamente en otras áreas de la economía.
Perspectivas de la calidad crediticia
Con todas las maniobras de política fiscal y monetaria de las que hemos sido testigos a lo largo de la recuperación, es evidente que la calidad crediticia ha mejorado con respecto a los bajísimos niveles a los que llegó. Incluso los créditos inmobiliarios residenciales, que destacan por ser el punto débil de los mercados de crédito, seguirán beneficiándose del aumento de la demanda y de la subida de los precios de la vivienda. Esperamos que los consumidores se sientan más cómodos con sus hábitos de gasto a medida que avance el año, especialmente en vista de la flexibilización de las normas crediticias para la mayoría de los préstamos no hipotecarios.